Una mayoría de los ciudadanos del mundo considera que el cambio climático es una emergencia global y apoya medidas a gran escala para combatirlo, según la mayor encuesta sobre este asunto llevada a cabo hasta la fecha.

El sondeo dado a conocer este miércoles ha sido elaborado por Naciones Unidas y la Universidad de Oxford y en él han participado 1,2 millones de personas de 50 países, incluidos medio millón de menores de 14 años.

En la encuesta se preguntó a los participantes si el cambio climático constituye una emergencia global y si estaban a favor de 18 políticas climáticas clave dentro de seis ámbitos de actuación: energía, economía, transporte, agricultura y alimentación, naturaleza, y protección de las personas.

Un 64% de los encuestados considera que el cambio climático constituye una emergencia global, incluso a pesar del estallido de la pandemia del coronavirus, pues la consulta se llevó a cabo a finales de 2020.

En general, las cuatro políticas climáticas más populares son la conservación de los bosques y de la tierra (respaldo del 54% de los encuestados), más energía solar, eólica y renovable (53%), la adopción de técnicas agrícolas respetuosas con el clima (52%) y mayores inversiones en negocios y empleos verdes (50%).

Mientras, entre las que menos respaldo suscita destacan las dietas basadas en vegetales como forma de reducir las emisiones, que solo recibe el apoyo de un 30% de los consultados.

Una encuesta sin precedentes

Con más de un millón de respuestas, la encuesta es con diferencia la más amplia hecha nunca sobre el cambio climático e incluye resultados tanto de países ricos, donde los sondeos sobre este tema son habituales, como de naciones donde apenas se han hecho consultas populares sobre la crisis climática.

"Nunca hemos visto nada así a esta escala antes", aseguró en una conferencia de prensa Cassie Flynn, asesora climática del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Lo poco usual de la encuesta no se limita al tamaño de la muestra, sino que abarca también los métodos utilizados, pues se ha optado por usar videojuegos móviles para recabar las opiniones de los ciudadanos.

Así, en el lugar donde habitualmente reciben anuncios, los usuarios seleccionados de manera aleatoria recibieron los cuestionarios preparados por la ONU sobre la crisis del clima.

"La idea era poder llegar a públicos que habitualmente no están involucrados en el debate sobre la crisis climática", explicó Flynn, que recordó que la industria de los juegos móviles llega a 2.700 millones de personas en todo el mundo, más que el cine y la música juntas, y que permite alcanzar a personas que habitualmente no responden a encuestas como los menores.

Argumentos para los gobiernos

Los resultados del sondeo se trasladarán a todos los Gobiernos, precisamente en un año considerado clave de cara a la puesta en marcha de más medidas contra el calentamiento global, que culminará en noviembre con la Cumbre del Clima de Glasgow.

La ONU también busca que las opiniones del público se tengan en cuenta en las estrategias de recuperación de la crisis de la covid-19 en las que están trabajando las autoridades de gran parte del mundo, dado el impacto fundamental que esos planes tendrán en una posible transición a una economía más verde.

El jefe del PNUD, Achim Steiner, destacó en un comunicado que "independientemente de cuál sea su origen, los ciudadanos coinciden en que el cambio climático constituye una emergencia global" y son conscientes de la "escala de acción que se necesita, desde una agricultura respetuosa con el clima, a la protección de la naturaleza, y la inversión en una recuperación verde".

El Voto por el Clima -nombre que se ha dado a la encuesta- “otorga a los países un mandato claro para adoptar medidas climáticas amplias con el apoyo de la opinión pública”, recalcó Steiner.

"El reconocimiento de la emergencia climática está mucho más extendido de lo que se pensaba anteriormente. Los resultados muestran también claramente que la mayoría de la población quiere medidas de política robustas y amplias", añadió Stephen Fisher, profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Oxford, que se encargó de llevar a cabo el sondeo.