La Agencia Espacial Europea (ESA) y Arianespace confirmaron este viernes que un error humano en la conexión de unos cables causó un problema de funcionamiento en la misión Vega VV17 el mes pasado que llevó a la pérdida del satélite español Ingenio y del francés Taranis.

Ambas entidades presentaron las conclusiones de una comisión especial de investigación, que confirmó el diagnóstico preliminar acerca de que un fallo en el encaminamiento de unos cables en la cuarta etapa del cohete Vega.

Esos cables conectaban con el sistema electromecánicos del control de empuje vectorial, el mecanismo que controla la dirección del cohete, según detalla un comunicado de Arianespace.

Esa conexión errónea invirtió los mandos de dirección de la nave, que no pudo ser controlada, lo que llevó a su pérdida.

El problema no fue detectado durante los distintos pasos de control y de ensayos, lo que llevó a que el cohete recibiera el visto bueno para su lanzamiento.

El cohete despegó el 17 de noviembre según lo previsto desde el puerto espacial de Kurú, en la Guayana francesa.

Todo iba según lo programado durante la primera parte del vuelo. Pero ocho minutos después del lanzamiento, tras la ignición del motor AVUM de la etapa superior, la nave se desvió de su trayectoria, que no pudo ser controlada, lo que llevo a la pérdida de la misión.

Responsables de ESA y del constructor espacial ofrecen hoy una conferencia de prensa para detallar las conclusiones de la investigación y explicar las medidas tomadas para evitar fallos similares en el futuro.