Medidas como llevar la mascarilla puesta entre plato y plato, durante los preparativos así como en la sobremesa tras la comida o evitar cantar villancicos en interiores son vitales para minimizar el riesgo durante las reuniones

Mientras siguen las negociaciones para consensuar las medidas que conformarán el plan para celebrar las navidades en el país, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya ha adelantado que "no habrá 17 navidades". No obstante, la responsabilidad individual dentro de los hogares será la clave para evitar que eventos como la cena de Nochebuena y Nochevieja se conviertan en un caldo de cultivo perfecto para la transmisión del virus.

La primera precaución es, sin duda, abstenerse de acudir a estas reuniones familiares si se presentan síntomas compatibles con Covid-19 -fiebre, dolor de garganta, cansancio excesivo, pérdida del gusto...- hasta que no se cuente con una prueba serológica negativa.

Sin sospechas a la vista, cabría la posibilidad de ser asintomático y por ello es preciso extremar las precauciones cuando convivientes y no convivientes se unan para celebrar las fiestas, independientemente del umbral de invitados que establezca el Gobierno con las comunidades autónomas.

"Cuando uno entra en una casa ya piensa que es terreno seguro y ya no hay que usar la mascarilla, pero nos tenemos que acostumbrar", alerta Eduardo Martínez, catedrático en la Universidad de Málaga y experto en Microbiología y Epidemiología, que establece junto a La Opinión de Málaga, diario perteneciente al mismo grupo que este medio, un decálogo de medidas preventivas de cara a las inminentes fiestas navideñas.

La primera medida a tener en cuenta es la adecuación del entorno para la cena o comida, que debe estar lo más ventilado posible, esto es, manteniendo las ventanas abiertas, incluso dejando la calefacción encendida en la medida de lo posible y haciendo uso de los braseros para calentar la estancia.

En esta línea, sería conveniente emplear mesas grandes que permitan mantener a los comensales lo más separados posible. Por ello, Eduardo Martínez sostiene que "no es tanto el número de personas como la posibilidad de espacio, de renovar el aire y de que las personas estén lo suficientemente separadas como para que el riesgo sea mínimo".

Es esencial que todos los invitados lleven la mascarilla puesta en todo momento, ya que como ya puntualiza el epidemiólogo, la casa no es "terreno seguro" ante el virus.

La saliva es la principal vía de transmisión del virus, por lo que es importante eliminar los platos compartidos, especialmente en el caso de las ensaladas ya que se emplea un tenedor para llevar los alimentos a la boca y luego se devuelve al plato.

La propuesta de Martínez es llevar esos aperitivos ya repartidos o hacer platos en los que solo compartan comensales que sean convivientes. Aún así: "Cuanto menos compartamos, mejor".

Durante los preparativos de la comida, entre plato y plato y, sobre todo, en la sobremesa, es vital asegurarse de que todos llevan la mascarilla y cumplen con la etiqueta respiratoria.

En concreto, el rato posterior a la cena es el más conflictivo y donde más conciencia ha de tenerse sobre la importancia de mantener las precauciones. "Ya se relaja uno, te quitas la mascarilla que te agobia y ahí es donde puede haber más riesgo de contagio", recalca el experto. "Es difícil llevarlo a cabo porque la tendencia cuando uno se siente seguro en casa es quitarse las mascarillas".

Sobre la posibilidad de cantar villancicos, lo ideal es evitar los interiores y hacerlo siempre con mascarilla. "Si se quiere cantar villancicos, se sale al balcón con la mascarilla puesta".

El epidemiólogo descarta el uso de platos de plástico ya que, más allá de la generación de residuos no renovables, un lavado con agua caliente y abundante jabón es suficiente para limpiar y desinfectar la vajilla. "Los platos se meten en el lavaplatos a 50 grados y con un ciclo de lavado se quedan perfectos, no hay ningún problema".

En caso de no contar con lavaplatos, con lavarlos con agua caliente y abundante jabón sería suficiente. "Puedes lavar con agua caliente y jabón pero no tienes por qué quemarte las manos. No ser roñoso con el jabón, y con una buena espuma se queda limpio. Si juntas temperatura con detergente, el virus es muy sensible".

"Es un precio relativamente barato que hay que pagar para poder celebrar unas navidades con más seguridad", opina Eduardo Martínez sobre unas medidas que protegerán a los más mayores y a las medidas de riesgo.

Aunque lo idóneo sería que las personas mayores se abstuvieran de asistir a todo tipo de reuniones, el epidemiólogo apunta a que la salud mental es otro pilar básico que hay que cuidar: "Vamos a sopesar las cosas. A lo mejor por un poco de sacrificio por nuestra parte podemos acoger a nuestras personas mayores con paz, tranquilidad y más garantía".