«La mejor etapa ha sido la de hoy», explicaba ayer Javier Gutiérrez al llegar a Deià, tras casi seis horas de caminata por la montaña desde Valldemossa. Este voluntario de la Fundación Respiralia organiza y realiza la I Vuelta a Mallorca caminando a favor de los niños con fibrosis quística. Su objetivo es recaudar fondos mediante donaciones para financiar tratamientos para estos pequeños.

Su vuelta a Mallorca comenzó el pasado fin de semana y no tiene fecha de finalización. Cada sábado y domingo va completando etapas de entre 10 y 20 kilómetros. A su caminata se apuntan otras personas, algunas conocidas y otras totalmente desconocidas. «Durante el trayecto hablamos de todo. Yo de la Fundación Respiralia, pero cada uno me cuenta sus problemas, sus historias... Nos pasamos el rato riendo, haciendo vídeos y todos me dicen que quieren volver. Cada vez la familia se está haciendo más grande», explica Gutiérrez de sus excursiones. Por redes sociales y en la página web de la Fundación publica las etapas previstas y el horario. A su iniciativa se puede sumar quien quiera, aportando lo que pueda, remarca.

Javier tiene una dolencia cardiaca por la que debe caminar, para fortalecer su corazón. Así que en este año en el que la Fundación Respiralia no ha podido llevar a cabo la Vuelta a Formentera a nado (en la que él también formaba parte de la organización) ni otros actos para recaudar fondos para los niños, pensó que podría recorrer la isla y pedir donaciones. Su meta es conseguir 8.000 euros para los tratamientos infantiles, «pero se necesita mucho más», matiza este voluntario. De momento, ha conseguido una pequeña parte, que se recauda a través de la aplicación Verse.

«Recibo muchos mensajes de padres de chicos con fibrosis quística y me emociona», contaba una vez finalizada la etapa de ayer, sin poder disimular esa impresión. Además, la I Vuelta a Mallorca también le permite disfrutar de otras recompensas. «Cuando hemos estado arriba, viendo Palma y sa Foradada, ha sido precioso, me he pegado una panzada de llorar», relataba mientras disfrutaba de un descanso en Deià.

En su caminata benéfica cuenta con el apoyo de su hermana, Lourdes Verger, y de otros miembros de la Fundación Respiralia. El próximo fin de semana seguirán, les espera una ruta por montaña desde Deià hasta el puerto de Sóller.