"Todo es muy raro". Esta frase ha sido repetida miles de veces desde el inicio del confinamiento y durante la pandemia. Nadie había vivido una situación así y la extrañeza también ha llegado a la Familia Real, por partida doble. Agosto, el mes de las vacaciones reales por antonomasia, se estrenó en el calendario con la salida de don Juan Carlos de España, un abandono motivado por las informaciones surgidas sobre sus presuntos negocios opacos y el cobro de comisiones en el extranjero. Mientras el rey emérito dejaba el país, Doña Sofía ya estaba en Mallorca, fiel a su verano en la isla, acompañada por su hermana Irene de Grecia. Este hecho, sumado a la situación económica y sanitaria que atraviesa España, ha motivado que el de 2020 sea el verano más atípico, también para los Reyes y sus hijas.

Y es que los diez días de agosto que ha pasado en Marivent, la Familia Real ha trabajado mucho y se ha divertido poco, al menos que se sepa. Quitando los actos oficiales, dos en Mallorca uno en Menorca y otro en Eivissa, nada se sabe de lo que han hecho los Reyes y sus hijas durante su estancia. Parece ser que estas vacaciones han estado planificadas para dejar claras algunas cosas: que la Familia Real está compuesta solamente por cuatro miembros, los Reyes y sus hijas; y que en los tiempos que corren toca arrimar el hombro, promocionar Balears, apoyar su industria y su historia y dar un mensaje de seguridad. Ni conciertos, ni cenas en restaurantes ni salidas al cine ni paseos por el centro de Palma. La fotografía de Leonor y Sofía junto a su madre y su abuela no ha sido posible esta vez. Tras el rifirrafe de la reina emérita y doña Letizia en la catedral de Palma en 2018, a causa precisamente de una fotografía, se había querido dar la imagen del buen entendimiento entre nuera y suegra. Así, el pasado verano, las cuatro salieron juntas en tres ocasiones: al cine Rívoli, al Auditorium y al mercado de Pollença. También se pudo ver a la madre del Rey junto a su hijo, nuera y nietas saliendo del restaurante Ola de Mar del Portitxol. Este año esas salidas se han reducido a cero. Por su parte doña Sofía solamente ha abandonado el Palacio en dos ocasiones, la primera, contra todo pronóstico, en medio de la tormenta desatada por la decisión de don Juan Carlos. La segunda, acompañada de Irene de Grecia y unos amigos , no la efectuó hasta que los Reyes y sus hijas no hubieron dejado Mallorcano la efectuó hasta que los Reyes y sus hijas no hubieron dejado Mallorca.

Los Reyes y sus hijas llegaron a Palma el viernes siete de agosto y hasta el lunes 10 de agosto, fecha en que visitaron Petra, no se les vio fuera del Marivent. En el recorrido por el pueblo natal de Fray Junípero Serra, cuestionado hoy como símbolo del colonialismo y la opresión, se pudo ver a la infanta Sofía caminando ayudada por una muleta a causa de una lesión en la rodilla.

La visita de la Familia Real a Son Roca para conocer el proyecto socioeducativo Naüm dio mucho más de sí gracias a la espontaneidad de los chavales del barrio. Juanma Díaz, de 15 años, sentía curiosidad por saber cuánto medía el Rey y no dudó en preguntárselo. Sin embargo la pregunta del millón la formuló Peinda Sibide. La joven interrogó a la princesa Leonor sobre algo tan trascendental como su futuro: "¿Qué quieres ser de mayor?" a lo que doña Letizia respondió "Lo que quiere no, lo que debe ser". La pregunta y su respuesta, recogidas por este periódico, corrieron por la red y fueron muchos los medios que se hicieron eco de ellas. Otra de las anécdotas destacadas fue la respuesta de doña Letizia a los medios de comunicación cuando se le pregutanba por el paradero de don Juan Carlos. "No os oigo", se limitó a responder la Reina.

Después de estos dos actos oficiales ya no se volvió a ver a la princesa Leonor ni a la infanta Sofía fuera de Marivent puesto que no acompañaron a sus padres a las visitas de Menorca y Eivissa. Aunque se especuló sobre la posibilidad de que doña Sofía saliera a pasear con sus nietas, esa circunstancia no se produjo. La Familia Real regresó a Madrid el 18 de agosto tras cumplir a rajatabla con su agenda oficial y cumplir con todas las advertencias de que este verano no iba a haber otro tipo de salidas ni de actividades de ocio.

La dispersión también ha marcado el verano real. Las instantáneas en que aparecían juntos abuelos, hijos y nietos forman parte del pasado. La única que continuaba saliendo en la foto, doña Sofía, este año ha desaparecido totalmente. Recluida en Marivent con su hermana Irene, la visita de su hija mayor, la infanta Elena, se esperaba para esta semana.

Las vacaciones de 2020 han venido a confirmar el distanciamiento o, cuando menos, la intención de dejar claro que la Familia Real ahora está compuesta únicamente por Felipe VI, doña Letizia y sus hijas Leonor y Sofía. En parte por la crisis sanitaria y en parte por la salida de Juan Carlos de Borbón de España, los Reyes han querido dar una imagen de seriedad y de distanciamiento con el pasado. No se han movido ni un milímetro de la agenda oficial y no han realizado ninguna actividad de ocio como solían. Las infantas Elena y Cristina han estado en Bidart, la localidad del País Vasco francés donde la familia Urdangarin pasa los veranos desde hace años. Doña Elena también ha pasado unos días de relax en Asturias y su visita a Marivent, si se produce, llega cuando su madre hace cerca de un mes que se ha instalado en el palacio. Froilán y Victoria, los hijos de Elena y Jaime de Marichalar, han estado en Sotogrande con su padre y han pasado por el festival Starlite, en Marbella, donde Jorge Bárcenas, novio de Victoria, actuó como DJ.

Si hay algo que no falta en cualquiera de las apariciones de la reina Letizia, y desde hace poco también de sus hijas, es el análisis exhaustivo de su look. La ropa que elige doña Letizia es noticia. Si repite modelo o lo recicla, con qué complementos lo combina, las marcas y los diseñadores elegidos, los precios. Su estancia en Mallorca no ha sido diferente y han llamado la atención los guiños a la moda balear que tanto ella como sus hijas han hecho en la elección de su vestuario. Una complicidad no exenta de polémica motivada en esta ocasión por los bolsos de roba de llengües lucidos por la reina en dos ocasiones y que han resultado estar confeccionados con imitaciones de la tela original artesanal. Mallorca es el único lugar de Europa donde se fabrican estos tejidos, pero los bolsos de la firma solidaria FQ que lleva la reina están realizados con lonetas estampadas que imitan los dibujos. Los únicos fabricantes de estas telas de Mallorca lamentaron la confusión , pero apreciaron la buena intención de la Reina.

En Petra, primer acto oficial agendado, se pudo ver a la reina con vestido rojo de Adolfo Domínguez, una prenda de largo midi, de escote en pico y sin mangas y el ya mencionado bolso de llengües de FQ también en rojos. Las alpargatas, otro complemento que no falta en sus looks, eran de Uterqüe de la temporada pasada. La heredera, Leonor, lució un vestido de Mango de estampado tropical y abarcas menorquinas de color verde militar. Su hermana menor optó por un mono de color blanco de Zara y abarcas de color azul claro. En Son Roca, doña Letizia eligió el blanco, color que repitió en Menorca y en Eivissa. En su visita a la barriada palmesana la reina lució un vestido camisero blanco con calados de Vintage Ibiza, alpargatas y capazo modelo Letizia Mini de la firma Whittelily. Para su primera visita a un proyecto socioeducativo la princesa Leonor eligió un vestido estampado en tonos rojos de Sfera y unas deportivas de Carolina Herrera. Su hermana, la infanta Sofía, se decantó por un vestido de Stradivarius en cuadros vichy en blanco y negro y unas deportivas de la marca Hugo.

En Menorca la reina sorprendió con un look alejado de su estilo habitual. De nuevo eligió vestido blanco de la firma Uterqüe confeccionado en organza bordada. La prenda se ciñe en el pecho con nido de abeja, mientras que el volumen de la falda se despega de la figura. En Eivissa, el blanco volvió a ser protagonista esta vez con una prenda de una diseñadora ibicenca, Charo Ruiz, que se vio desbordada por el aluvión de llamadas una vez se supo que era la creadora del vestido.