Durante el verano del 85 Mallorca se pone imposible. Ciudadanos y turistas se ven obligados a espantar presidentes y ministros con los que se topan por doquier. Y monarcas de todas las estirpes.

El presidente del Gobierno llega en agosto acompañado de Francisco Franco, un dictador cuyo deseo profundo era fundar una dinastía. Maticemos. Felipe González llega acompañado del vetusto yate Azor, uno de los símbolos del franquismo. El barco en el que el sátrapa pescaba atunes más grandes que su exigua estatura. El socialista navega en el Azor en medio de una tormenta mediática. Y va de pesca a Cabrera. Le acompaña Matías Cristino, un veterano pescador de Andratx que le instruye en los secretos de la caña. No consta que el andaluz igualara al gallego en el tamaño de las capturas. Aunque se rumoreaba que al segundo se los ponían como a Fernando VII. Los peces. En los ratos que no se hace a la mar, descansa junto a Carmen Romero y sus hijos en un chalé de Cala Marmassen, propiedad del arquitecto Pere Nicolau.

El presidente se trae medio Gobierno a cuestas. Carlos Solchaga, el jefe de la cosa económica, veranea en Galilea, en una casa propiedad de Felicià Fuster. Fèlix Pons, que acaba de ser nombrado ministro de Administraciones Públicas, descansa en su apartamento de Puerto Portals. Narcís Serra mantiene su fidelidad a Deià, a la música clásica y a la diminuta zodiac con la que se hace a la mar.

En la crisis de Gobierno que convierte a Pons en ministro, se produce la salida de Miguel Boyer. Lo ha anunciado Alfonso Guerra: "Hay ministros que se irán por amor". El enamorado es el hombre que expropió Rumasa a Ruiz Mateos. La enamorada es Isabel Preysler. En pocos días, la filipina más famosa de España, anuncia que se separa de Carlos Falcó, marqués de Griñón. Es fotografiada con Boyer. Y, por supuesto, la pareja pasa unos días de vacaciones en la isla.

Mallorca es entonces mucho más culta que ahora. En julio roban dos obras de una exposición del Solleric. Una es de Miquel Brunet. También sustraen dos cuadros de Joan Miró del domicilio de su nieto Emilio Fernandez Miró. Son recuperados poco después.

Pero quien más obra mironiana birla a Mallorca es el ministro de Cultura. Javier Solana llega a principios de julio a Palma. Cierra un acuerdo por el que la familia Miró entrega al Estado 24 cuadros y 300 grabados como pago del impuestos de sucesiones. Los cuadros se van a Madrid porque Balears no es Estado. Salvo para pagar. En agosto Solana se va a reposar a Menorca. Y también José María Maravall, ministro de Educación. Y Joaquín Almunia, ministro de Trabajo.

Como no se conforma con el ministro de Defensa español, la isla se trae al de Arabia Saudí, el príncipe Fahd Alsaud. Y al francés. Charles Hernu llega a la isla para tomar el sol y negociar con Narcís Serra el avión de combate europeo. Un mes después es obligado a dimitir por su implicación en el hundimiento del Rainbow Warrior, el barco de Greenpeace.

Mallorca sufre overbooking de ministros. También de monarcas. El rey de copas es Juan Carlos I. Este verano estrena el Bribón V. Un velero construido por encargo de Josep Cusí, el empresario catalán que ha mantenido su fidelidad al abdicado incluso en los momentos más difíciles. Como anfitrión de Marivent recibe al rey de espadas, Hussein de Jordania. Por supuesto, como todos los veranos, la casa que Juan de Saridakis regaló a Balears, acoge al rey de bastos, Constantino de Grecia. El cuñado expulsado del trono por jugar a la política y perder.

Otro individuo con linaje real. Gonzalo de Borbón Dampierre, primo del rey y cuñado de la nieta de Franco, anuncia que se separa de la modelo valenciana Mercedes Licer. ¿Cuál es la relación con Mallorca? La periodista Carmen Harto. Fue su primera y breve esposa, da a luz este verano a una hija en la isla. La llama Marina.

Los reyes del fútbol de la época son dos. Ramón Mendoza es el del Madrid. Josep Lluís Núñez, el del Barça. El blanco navega por la costa mallorquina en el imponente velero América. El blaugrana es un cliente fiel de Formentor. El primero está acompañado de Jeannine Girod. El segundo de su esposa Maria Lluïsa Navarro. La isla es entonces tan poderosa que, si se lo propone, es capaz de unir la Pepsi con la Coca... Cola.

Este verano es tan intenso que es obligado resumir. A mediados de julio, Cristina Onassis, reina de oros, llega a Mallorca con Tierry Roussel, su cuarto marido. Acaramelados y enamorados, desmienten los rumores de crisis. Niki Lauda estrena su compañía chárter con un vuelo Viena, Palma, Eivissa. Comienzan a recibirse las emisiones de TV3. Tito's se adapta a los nuevos tiempos. La reapertura congrega a Jaime de Mora y Aragón e Isabel Perón. Patricia Wymore, viuda de Errol Flynn, en el homenaje que Calvià brinda al actor: "Bebía mucho, pero sólo le vi borracho en una ocasión". Se celebra el concierto Live aid for Africa. Tina Turner, Mick Jagger, David Bowie, Joan Báez, Madonna, Freddie Mercury... cantan en Londres y Filadelfia. Bob Geldof es el organizador. Es un asiduo de Deià. El 24 de julio, Robert Graves cumple 90 años. También en Deià, donde morirá cinco meses después.

¿Una dosis de interpretación? La actriz italiana Rossana Schiafino. Brooke Shields, la insulsa protagonista de El lago azul, viaja acompañada de su madre. Lindsay Kemp interpreta en Palma The big parade, una sinfonía muda de colores y mimo. ¿Algo de música? Juan Pardo se declara muy enamorado de Rocío Durcal, Ángela Carrasco, Rocío Jurado, Aute, Massiel, Mecano... la fiesta no cesa.