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Con ciencia

Primeros europeos

Portada de Nature.

La portada del último numero de la revista Nature se ha dedicado al hallazgo realizado en la cueva de Bacho Kira, situada a 5 km el oeste de la ciudad de Dryanovo (Bulgaria), de artefactos, fragmentos de huesos humanos y huesos de oso manipulados, algunos de los cuales se interpretan que sirvieron para elaborar joyas al estilo de los collares que se obtienen ensartando los huesos perforados en un cordel. De hecho, la portada de la revista muestra un conjunto de once de esos huesos de oso dispuestos como las cuentas de uno de los posibles collares.

Hace años, el hallazgo de ornamentos muy antiguos habría bastado para atribuir su fabricación a Homo sapiens, toda vez que se pensaba que la otra especie humana presente en Europa durante el Paleolítico Superior, los neandertales, no disponían de una mente tan avanzada. Sin embargo, yacimientos como el de la Grotte du Renne (Arcy-sur-Cure, Francia), propio de Homo neanderthalensis pero con artefactos para el uso personal como los huesos perforados, comenzaron a poner en duda esa supuesta superioridad de nuestra especie. Por fin, los elementos decorativos encontrados en la Cueva de los Aviones (Murcia, España), correspondientes a fechas en las que los cromañones no habían alcanzado el sur de la Península Ibérica, y los discos coloreados muy antiguos de la cueva de El Castillo (Cantabria), zanjaron la cuestión. Pero ¿qué decir entonces de Bacho Kira?

Los autores de los descubrimientos, Jean-Jacques Hublin, director del Department of Human Evolution en el Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology (Leipzig, Alemania), y sus colegas, tras el análisis morfológico de un diente y el estudio de DNA mitocondrial de diferentes huesos, atribuyen a nuestra especie, Homo sapiens, la ocupación del lugar. El análisis mediante radiocarbono calibrado de 4 de los fragmentos de huesos humanos les atribuye fechas de entre 42.810 a 46.790 años con un 95,4% de probabilidades. Se trata, pues, del hallazgo más antiguo de cromañones europeos con que se cuenta, y se sitúa en edades muy cercanas a la de la primera entrada en Europa de miembros de nuestra especie, que se supone que tuvo lugar hace 50.000 años.

Con arreglo a la identificación de la ascendencia mitocondrial humana mediante la identificación de haplogrupos, —el haplogrupo L es, como se sabe, el propio de los descendientes africanos de las pobaciones originales de Homo sapiens, y los haplogrupos M, N y R son propios de las poblaciones que salieron de ÁfricaHublin y colaboradores indican que los individuos más antiguos identificados en Bacho Kiro corresponden al haplogrupo M, ausente hoy en Europa. Los autores sostienen que se debieron producir numerosas migraciones sucesivas de Homo sapiens desde el corredor de Oriente Próximo hasta Europa. La de Bacho Kiro sería de las primeras.

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