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Por fin Ona y Júlia conocieron a sus abuelas

Cuatro generaciones en una imagen: Ona (hija), Neus (madre), Maria Antònia (abuela) y Antònia (bisabuela).

Las terrazas de los bares se llenan de gente que engancha el desayuno con la hora del vermut, las iglesias abren sus puertas para recibir a sus feligreses y se preparan, también, para los funerales, el rito que el coronavirus nos ha robado. Las calles vuelven a ser pateadas. Pero ayer había familias que no buscaban ni terrazas ni templos ni calles, sino los ojos de los pequeños seres que llegaron al mundo en plena pandemia y que aún no habían visto brillar. Tras semanas esperando, las abuelas de Ona Server y Júlia Cabanillas esperaban la visita de sus nietas con nervios e ilusión. Ya no se encontraron los cuerpos diminutos de los recién nacidos, sino unas bebés despiertas que ya saben mirarlas a los ojos.

Clàudia Soberats, la madre de Júlia, y su marido, Julián Cabanillas, cogieron el coche ayer a mediodía para visitar en Pollença a Francisca March, la abuela maternaa. "Mi madre estaba contentísima, teníamos muchas ganas de vernos y sobretodo ella de ver a la niña", contaba la madre primeriza, quien tiene sentimientos encontrados: "Ha conocido a mi madre, pero la abuela paterna está en Barcelona y en este caso sí que no sabemos cuándo podrá verla". Clàudia recuerda, también, lo duro que ha sido tener a su primer hija en pleno confinamiento: "Nunca habíamos tenido un bebé tan pequeño en brazos", cuenta. Ahora, por fin, todo se relaja un poco, y la abuela juega, pletórica, con su nieta en el jardín de su casa. La poblera Neus Server también tuvo visita ayer. Toda su familia se reunió para comer, un día que fue duro para la pequeña Ona, que tuvo algunos cólicos.

Allí coincidieron cuatro generaciones: Ona, Neus, Maria Antònia Server (abuela) y Antònia Ensenyat, bisabuela esta última de la pequeña. Además también estuvo la madrina de Ona, Marina (que es la hermana de Neus), y la tía segunda de la pequeña, Juanana. Ona seguro que no, pero las demás mujeres de esta familia recordarán para siempre este primer día de la fase 1 de desconfinamiento: el día que conocieron a la pequeña del clan, dos meses después de que viera el mundo por primera vez. Y lo que no sabe Ona es que le queda aún mucha familia por conocer. Llegará la fase 2, la fase 3 y completaremos la transición a la "nueva normalidad". Aprenderemos a vivir con ella y, algún día Ona y Júlia, que habrán visto un mundo nuevo, se reirán de nosotros: "¿Pero abuela, de qué normalidad hablas? ¿Qué transición?".

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