El Día de la Madre llega este año sin visitas de los hijos y con las floristerías, uno de los recursos principales para el regalo, con la persiana bajada. Los pedidos por internet o por teléfono han sido un soplo de aire para el sector, muy castigado por la crisis. "Nosotros hemos vendido más que el año pasado. Muchas personas que compraban otros regalos o no los hacían, han pedido ahora flores para darle una alegría a su madre en estas circunstancias. Ha sido una locura", explica Marga Vidal, que junto a su hermana Cati regentan las floristerías Ca Ses Nines/Deblanc, en Pòrtol (Marratxí). También en Es Brot, en Santa Maria, se afanaban ayer en preparar pedidos, lamentando que no les llegaran flores suficientes para atender todos los encargos.

Las hermanas Vidal empezaron ya el viernes a entregar las flores del Día de la Madre. "Si no, iba a ser imposible atender todas las peticiones", cuentan. Calculan que acabarán entregando más de un centenar de pedidos. Con los locales cerrados al público, internet ha sido un buen aliado para tratar de salir a flote. La floristería Es Brot llevó a cabo una campaña en su página web y en las redes sociales para anunciar que, pese al confinamiento, mantenían activo el negocio. Como han hecho las grandes empresas online, cerraron las peticiones el 30 de abril para poder organizarse mejor y conseguir que todas las madres tengan hoy sus flores.

Grandes pérdidas

El coronavirus ha sido una catástrofe para el sector español de la producción y distribución de flor cortada y planta ornamental en España, con la cancelación de las Fallas, Semana Santa, así como de comuniones y bodas, al igual que ha ocurrido con la floricultura de otros países productores de importancia mundial, como Holanda, Colombia y Ecuador.

Las pérdidas de los productores, viveristas y centros de jardinería españoles superan los 440 millones de euros, y se han tenido que destruir en campos e invernaderos miles y miles de flores, según confirmó a Efe el presidente del Comité de Flor y Planta de Fepex, Juan Daniel Marichal. "La producción de la flor ha sido con diferencia el sector agropecuario más afectado" por los efectos de esta pandemia, aseguró. La directora de la Asociación Española de Floristas (AEFI), Olga Zarzuela, señala que los efectos en las más de 5.000 floristerías del país "han sido brutales, con pérdidas de mercancía", pese a que han estado "recibiendo pedidos por teléfono y online". Ahora, lo que más le preocupa al sector minorista es que haya herramientas para que se pueda flexibilizar la salida de los ERTE en los meses de menos demanda de flor, como los que vienen, y que se despejen las incertidumbres sobre las medidas que haya que adoptar. Eso sí, deja claro que la COVID-19 ha demostrado que el negocio de la floristería "se tiene que reinventar" porque "la digitalización es muy importante".

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