Las nuevas tecnologías son una tabla de salvación para canalizar el deseo, innovar y crear desde cero nuevas formas de vivir la sexualidad ahora que el confinamiento ha supuesto el fin de los encuentros sexuales para quienes no tienen pareja o viven solos: pantalla e ingenio como alternativa a la abstinencia.

Videollamadas, mensajería instantánea, aplicaciones de contactos... Las herramientas llevan tiempo entre nosotros, pero el límite a la libertad de movimientos, con la consiguiente cuarentena sexual para muchos, ha puesto la imaginación a trabajar para reconvertirlas en el escenario donde dar rienda suelta al erotismo.

Construir intimidad con una pareja distante, evadirse de la realidad, reducir la frustración del aislamiento, generar endorfinas con un orgasmo o simplemente pasar el rato son algunos de los beneficios del cibersexo, en eso no difiere del sexo de toda la vida.

Del gusto y del deseo de cada uno dependerá la forma que adopte ese sexo cibernético: como no ha habido tiempo para prepararse para la nueva realidad del aislamiento, es cuestión de probar, ensayo-error. "Empecemos a usar internet como puerta para excitarnos, tenemos que descubrir lo que nos excita en esta situación. (...) Nadie pensó que esto nos iba a pasar, a partir de aquí tenemos que construir e innovar, no nos queda otra. Inventar para tener la sexualidad que más te guste", explica a Efe la periodista y divulgadora de salud sexual Celia Blanco.

Asier y su novia viven en casas distintas y han optado por idear una rutina sexual en la distancia con "nuevos formatos" para "buscar momentos de intimidad", sabiendo que es algo temporal.

"El sexo virtual o telemático, si se puede llamar sexo, no alcanza ni de lejos el placer y la salud que da el sexo físico. Nada sustituye al contacto físico, lo sensorial, el piel con piel, los besos... Pero ahora toca móvil o tableta, es coyuntural. Y para lo que supone estar confinado, yo me divierto y mi pareja también", sostiene este madrileño de 40 años.

"Si la atracción existe, se mantiene el deseo o incluso aumenta por la separación, creo sinceramente que se hace necesario. Es ineludible, en imagen eres más explícito, enseñas más; en texto dices cosas más picantes, calientes, como lo quieras llamar", añade.

Redescubrir el cuerpo

El servicio de salud sexual de la república de Irlanda ha publicado una guía de actuación ante la epidemia de COVID-19 en la que recomienda el "sexteo", intercambio de textos o fotografías explícitas por internet, y la masturbación para evitar contagios. Eso sí, muy importante, hay que lavarse las manos antes y después.

Celia Blanco sugiere que se aproveche el aislamiento como una oportunidad para conocer mejor el cuerpo, para revisar el autoplacer: "Tu cuerpo, encerrado, va a ser el primero que te va a pedir que lo mimes". "Tenemos a nuestro cuerpo, estamos con nosotros, por primera vez tenemos tiempo e intimidad, que es algo que nunca tenemos, así que vamos a sacarle partido. ¿Por qué no nos repasamos, tomamos cinco minutos para tocarnos cada parte que presupongamos que nos gusta?", propone.

Afortunados aquellos que empezaran el confinamiento equipados con juguetes sexuales, asegura Blanco, quien recomienda utilizar internet para "indagar", como "puerta para excitarnos" y "nutrirnos de las cosas que nos excitan, sean las que sean": "Si estuviera sola, probablemente tiraría habitualmente del porno que me gusta, de escenas lésbicas de mujeres de mi edad".

"La plaza" de Tinder

Elisabeth, castellanomanchega de 35 años, recurre a aplicaciones de citas para entretenerse y evadirse de las largas horas del encierro: "Por las tardes, cuando estoy aburrida, doy una vuelta a la plaza -de estas "apps"- para ver qué hay por ahí".

Cuenta que se establecen muchos más contactos y las conversaciones son más largas y constantes que antes del estado de alarma, "la gente está más activa". También se pide antes el número de teléfono para pasar a una conversación más íntima, se intercambian mensajes subidos de tono y se tarda menos en solicitar fotos explícitas.

Ella prefiere no intercambiar imágenes porque no sabe qué pueden hacer con ellas desconocidos, destaca que la confianza con el interlocutor es esencial para evitar riesgos en internet con material sensible. El Código Penal castiga la difusión sin consentimiento de contenido íntimo.

Elisabeth reconoce que la cuarentena no le ha bajado la libido: "Tengo menos estrés y el sexo me apetece mucho, pero ahora no se puede, así que estoy muy contenta con mi Satisfyer", incide.

Por su parte, Blanco anima a mandar mensajes a "amantes, examantes y posibles amantes": "Desde que Zuckerberg inventara Facebook no hemos tenido mejor excusa para mandarle un mensaje a quien nos dé la gana y a partir del primer mensaje sabes si la otra persona tiene interés en saber de ti".

Blanco defiende que el "sexteo" va a hacer que la gente perfeccione su lenguaje para excitar a la otra persona sin tocarla y también la manera de expresar lo que uno desea.

Nuevo imaginario sexual

Antes la sexualidad era más inmediata, ahora hay que dedicar más tiempo a la seducción mediante los mensajes, "hay más cortejo" y "no va a quedar otra que conocerse más" porque la otra persona está asustada, con tensión o estresada y hay que encontrar la manera de serenarse.

"Lo primero que nos ha pasado es que hemos perdido la libido por completo porque nos hemos asustado, no estamos preparados para surfear con la muerte, pero poco a poco empezamos a colocarlo todo", afirma.

Habrá que estrujarse el cerebro para crear un "imaginario sexual" digital propio: será un reto, dice la experta, satisfacer a un amante del sado por WhatsApp, pero no imposible.

Dependerá de imaginación y de la capacidad de cada uno: "Una de las cosas más sanas son las fantasías sexuales, tenemos que descubrir qué nos excita en esta situación".

"Internet es nuestro mejor escenario. Sexualmente deberíamos aprovechar todo lo bueno de este confinamiento. Resetear es una cosa muy sana, reseteemos todos", concluye.