El decreto del estado de alarma en España, que entró en vigor el pasado 15 de marzo, paralizaba actividades económicas y confinaba a millones de personas, salvo a aquellas que viven una realidad nómada y no tienen vivienda a la que retornar. En julio de 2017, Rafa y su familia decidieron abandonar su tradicional vida "y un trabajo de ocho de la mañana a diez de la noche" para comenzar una vida nómada a bordo de su autocaravana que el estado de alarma ha interrumpido y los ha atrapado.

Rafa se encontraba en el área de Badajoz cuando llegó la cuarentena, y durante los primeros días aún había "mucho trasiego de turistas", pero pronto llegó la policía e intentó echarles del área.

Decenas de nómadas han lanzado sus peticiones de ayuda ante el periodo de confinamiento y tras quedarse atrapados en sus furgonetas o autocaravanas. Se trata de personas que viven en un estado de permanente movimiento, a bordo de autocaravanas o furgonetas camperizadas y que carecen de vivienda habitual, por lo tanto este momento de confinamiento les impide volver a sus hogares porque, indica Rafa, "nuestros hogares son nuestras caravanas".

Las áreas municipales de autocaravanas, los campings y otras áreas reservadas para estos vehículos y que albergan servicios para estos usuarios están cerradas tras el cierre decretado por el Gobierno.

Después del cierre de áreas como la de Badajoz, Rafa contactó con otras personas en la misma situación y decidieron hacer un grupo y buscar soluciones. "Nosotros decidimos quedarnos en Badajoz, pero otros se fueron y ahora están en medio del monte".

Su DNI señala que es de Barcelona, pero la realidad es que rara vez pasan más de dos meses en la misma localidad. La policía, al cerrar el área de autocaravanas, le dijo que debía volverse a la Ciudad Condal. "Yo vivo en mi caravana, no tengo una vivienda en Barcelona". Finalmente pudo quedarse en el área al aportar la documentación de la escolarización de sus hijos y la sociedad que tiene junto a su pareja.

Esos documentos, "que sirven para regularizar nuestra situación", son los que han demostrado que son una familia nómada.

En otros casos no fue sencillo de demostrar, por lo que pidieron ayuda y entre Rafa y otros nómadas crearon un mapa en el que varias personas ofrecían sus terrenos o campo para que personas que se habían quedado sin lugar donde aparcar pudieran hacerlo. "En la actualidad hay más gente que ofrece ayuda que quienes la necesitan". Buscaban un terreno o campo, "con conexión a agua mejor" o incluso viviendas. Califica la movilización como "increíble".

Al hacer este sistema de ayuda fueron conscientes de que había cierto temor entre las personas atrapadas en sus caravanas. "Hay muchas personas que no dicen su ubicación exacta porque no quieren descubrirse ni dar señales a la policía por miedo a que vayan a por ellos". Afirma que algunos "se sienten como fugitivos".

El problema radica en que en España "no hay una norma genérica" que regule los derechos y deberes de personas en permanente movimiento, señala. "Tan solo está regularizado el sistema educativo para los menores, con el que se funciona igual que los niños de los circos". A ello añade que "no todo el mundo entiende su situación".

Sin embargo, sí que destaca el total aislamiento en el que vive y que solo interrumpe cuando se acerca a un supermercado próximo al área donde está estacionado. "En el área estoy yo solo con mi familia, no hay nadie con lo que no hay riesgo de contagiarme, pero me da pánico acercarme al supermercado que tengo al lado", indica.

Vacío legal

La situación actual les lleva a un vacío legal, que sí está cubierto en países vecinos como Francia o Italia. En Italia, la Ley Fausti reconoce los derechos de personas nómadas. En Francia, incluso "contempla que haya lugares con servicios de aseo y permiten empadronarse en ellos durante el tiempo en que estás en esa localidad", señala Nacho Costoya, de la Plataforma 'Con la ley en la mano'.

Por ello pide que se copie la legislación de países cercanos a España y las "medidas que funcionan a nivel europeo a este nivel", porque ahora "es imposible empadronarse en el vehículo, sino en el sitio donde se aparca el vehículo".

Lamenta la situación legal actual de estas personas, porque en casos como este "se tienen que echar a la montaña como si hubieran delinquido". Denuncia incluso que "la perversión ha llegado hasta a quitarles el agua de las áreas de autocaravanas" como medida de presión.

Carmen es otra viajera en caravana y se encontraba iniciando la Ruta de la Plata días antes del decreto del confinamiento. "A unos amigos se les estropeó la autocaravana, y fue algo providencial" porque les ha permitido quedarse en Asturias, donde tienen amigos y familiares cerca en caso de que tengan que refugiarse en una vivienda.

Aunque el espacio del que disponen es pequeño, "la cuarentena se lleva a rajatabla, como la inmensa mayoría de ciudadanos, solo salimos para lo más imprescindible".

Sin embargo, destaca la dureza también por el espíritu aventurero y de libertad que tienen las personas que viajan en autocaravana. "Es duro porque habituados como estamos a vivir casi al aire libre, de pronto nos vemos confinados en un pequeño espacio".

En el caso de Carmen no han tenido mucho problema tampoco para recargar agua o vaciar el WC químico. Para ello, se han desplazado hasta un área de autocaravanas cercana, con permiso de la policía local y "de momento sin ningún tipo de problema".

Samara y Samuel forman el equipo de 'The Walking Travel', residen en su furgoneta camperizada, y fueron de los primeros en mostrar su situación a través de su canal de YouTube. "No salimos de aquí salvo para coger agua y vaciar aguas grises y estamos encerrados en la furgoneta", afirman.

Viven en su furgoneta desde septiembre de 2019, por lo que el decreto les dejaba sin posibilidad de ir a ningún sitio.

Samara afirma que "no es nada divertido estar confinado en un lugar así", por lo que pide que las administraciones tengan en cuenta que hay gente que vive en sus furgonetas y que, ante la carencia de una vivienda, se necesitan "para sobrevivir".