En el momento en el que escribo estas líneas, son catorce las mujeres asesinadas por violencia de género en España durante 2020. Probablemente ahora mismo alguna más esté siendo golpeada, violada, humillada, acosada, intimidada€ por un hombre. Sin embargo, ninguna de las víctimas mortales había denunciado previamente a su agresor. Aunque el número de denuncias ha ido en aumento con el paso del tiempo, las estadísticas indican que solo 1 de cada 3 mujeres asesinadas por su pareja o expareja entre 2016 y 2018 lo había hecho. ¿Por qué se sigue guardando silencio?

"La principal razón es el miedo. El maltrato habitual causa graves daños psicológicos en la mujer y la denuncia, en muchas ocasiones, se convierte en un acto heroico. Tienen miedo a sufrir represalias, a no ser creídas, a perder a sus hijos...". Responde Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde 2014 y secretaria desde 2009 en un juzgado de violencia sobre la mujer de Sevilla.

Carmona tampoco descarta que "haya casos en los que la ausencia de denuncia se deba a un sentimiento de desconfianza en las instituciones". "Es importante que tengan claro que la denuncia es la puerta que lleva al camino de salida, que no están solas, que tienen a su alcance infinidad de recursos policiales, judiciales y asistenciales dispuestos por las administraciones para ayudarlas; y que pueden acceder a todos ellos con una llamada al 016, que no deja rastro", explica.

Durante 2018, el número total de denuncias ascendió a 166.961 y, de ellas, solo 3.484, (2,08 %), fueron presentadas por familiares. "Las estadísticas nos dicen de forma testaruda que el entorno más próximo de las mujeres maltratadas sigue denunciando poco", advierte la experta.

La denuncia por maltrato, bien sea interpuesta por la propia víctima, un familiar, un amigo, su médico de cabecera€ es imprescindible. Pone en marcha todos los mecanismos de apoyo y protección a la víctima, dirigidos específicamente a salvaguardar la integridad física y psíquica de la mujer y de sus hijos.

Tolerancia cero

"El objetivo de todas las instituciones que trabajamos en esta materia es que no haya ni una sola víctima mortal más. El coste en vidas humanas de la violencia de género es inasumible. En consecuencia, cuando una mujer es asesinada nuestra obligación es hacer un ejercicio de humildad y asumir que algo ha fallado para, inmediatamente después, seguir trabajando", reconoce Carmona.

Resulta trágicamente llamativo que el 70% de los asesinatos machistas cometidos entre 2016 y 2018 tuvo lugar en poblaciones de menos de 100.000 habitantes. El 45% en núcleos de menos de 30.000 vecinos. ¿Por qué son más vulnerables las mujeres que viven en entornos rurales y qué se puede hacer al respecto?

"La mujer rural está más desprotegida en las poblaciones más pequeñas, donde todos se conocen. Probablemente tengan más dificultades para pedir ayuda, para hablar abiertamente de su situación con alguien cercano y sufran con más intensidad el sentimiento de vergüenza. Por esa razón, somos las instituciones las que debemos acercarnos a ellas aumentando los medios en esas poblaciones", responde Carmona.

Infancia y adolescencia

También es preocupante que cada vez más denuncias por malos tratos, abusos y agresiones sexuales se dan entre menores de edad. En concreto y según la memoria de 2019 del CGPJ, correspondiente al ejercicio del año anterior, 907 menores denunciaron ser víctimas de violencia de género en España. Para la experta "las cifras indican la necesidad de hacer un esfuerzo urgente en formación de la infancia y la adolescencia para que no se reproduzcan los estereotipos de género y erradicar conductas machistas que son imitadas por nuestros niños y jóvenes".

El Consejo de Ministros dio luz verde el pasado 3 marzo al anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, impulsada por el Ministerio de Igualdad liderado por Irene Montero, que plantea una reforma del Código Penal para eliminar la diferencia entre abuso y agresión sexual y pone en el centro de los delitos sexuales el consentimiento expreso.

El objetivo es poner freno a la violencia sexual y garantizar la protección institucional de las víctimas que, según esta ley del solo sí es sí serán reconocidas como víctimas de violencia machista. En este sentido, desde el Observatorio abogan por ampliar también el concepto de violencia de género: "La Ley Integral contra la Violencia de Género de 2004 solo considera víctimas a aquellas mujeres agredidas por sus parejas o exparejas, pero queremos incluir a las mujeres asesinadas por la violencia machista fuera de este ámbito. Es clave porque implica que se considere violencia de género todo acto violento cometido sobre una mujer por el simple hecho de ser mujer", expone Carmona.

LAS FRASES

Ángeles Carmona

"El 70% de los asesinatos machistas cometidos entre 2016 y 2018 tuvo lugar en poblaciones de menos de 100.000 habitantes"

"La denuncia es la puerta que lleva al camino de salida de la violencia de género"