La celebración de la Nochevieja en Palma dejó paso a más de 40 minutos de fuegos artificiales sobre la ciudad, un espectáculo en el que participaron vecinos de todos los barrios de la ciudad que salieron a la calle tras las doce campanadas para dar la bienvenida al año 2020 con un festival pirotécnico multitudinario que cada año va a más.

Terminada la cena de fin de año en familia o con amigos, miles de ciudadanos salieron a las calles y plazas de la ciudad o en su caso ocuparon terrazas y azoteas para disfutar del improvisado espectáculo de fuegos artificiales con el que Palma da la bienvenida al año nuevo.

Desde las doce de la noche hasta la una menos cuarto, el cielo de la ciudad se convirtió en una explosión multicolor de luces y estruendo que se movía por barrios, pero que no se interrumpió durante cuarenta minutos, provocando también expresiones de admiración y ovaciones que por zonas.

No todos disfrutan por igual de este espectáculo. Los perros son los grandes damnificados de la pirotécnia. Los Bombers de Palma han rescatado esta Nochevieja a un perro que quedó atrapado entre una pared y una columna al entrar en pánico por miedo al ruido de los petardos.

Los equipos de emergencias han embadurnado con aceite al animal para que pudiera deslizarse y han conseguido liberarlo sano y salvo. Los hechos han ocurrido hacia las seis y media de la madrugada en la zona de Son Fiol.

Por este mismo motivo, el Ayuntamiento de Manacor, en una decisión pionera en Mallorca, prohibió en Nochevieja, Reyes y Sant Antoni los fuegos artificiales y el material pirotécnico, en un bando municipal difundido por el ayuntamiento de Manacor y firmado por el alcalde Miquel Oliver.

La resolución municipal prohibió el uso de petardos, cohetes, tracas o cualquier otro tipo de material pirotécnico que pueda perturbar "la convivencia ciudadana, la utilización pacífica de las vías y espacios públicos y el normal desarrollo de los 'foguerons', y el resto de actos colectivos de las fiestas".