El nombramiento de Cristina Llambias como directora del Institut d'Indústries Culturals llega después de la fuerte polémica que envolvió al ente el pasado mes de septiembre. Primero fue la destitución súbita de su anterior director, Jaume Reus, siete meses después de haber ganado un concurso público. Las explicaciones que dio la conselleria de Presidencia y Cultura sobre su cese fueron escasas, y la decisión de Pilar Costa tuvo una fuerte contestación por parte de Reus. Acusó a la consellera, presidenta del ICIB, y a la delegada de Cultura, que acudió a una reunión junto a Costa para conocer al exgerente del organismo, de haberle sometido a un vacío total desde el principio. Asimismo, tildó de "arrogante" la actitud de Solivellas con él.

Reus cargó también contra la consellera Fanny Tur, la responsable de crear el ente. "Hubo desinterés en acompañarme y en que dispusiera de personal propio para trabajar desde el principio", aseguró. "Cortarle la cabeza al director es lo más fácil y no soluciona nada. Al director se le ha de acompañar hasta que no tenga equipo propio, no se le puede dejar a la intemperie", sostuvo el historiador del arte, que duramente declaró que la isla está atrapada "en una partitocracia dañina: los partidos son los auténticos responsables de los despropósitos de la cultura".

El incendio que creó Reus en la conselleria de Costa se avivó con la publicación de las primeras bases para el nuevo concurso. En las mismas, el catalán desaparecía como requisito, un gesto que abrió heridas en el pacto y levantó ampollas en Més per Mallorca. La consellera hubo de recular y volvió a introducir la lengua propia (nivel B2) como condición para presentarse a la plaza. A la convocatoria pública para dirigir el ICIB se presentaron un total de cinco personas.

Llambias tendrá que gestionar en 2020 un presupuesto total de 1.650.000 euros. Una cantidad que incluye finalmente los 500.000 euros que estuvo a punto de perder de la conselleria de Industria por no haberlos ejecutado en el ejercicio anterior.