Bunyolí de adopción, el madrileño Gonzalo Fernández Benavides, Gonzalo Benavides en el mundo de la canción, es el autor de uno de los clásicos de los 80 en España, ¿Quién piensa en ti? Un tema que defendió en el Festival de la OTI de 1983, cinco años después de irrumpir en el mercado discográfico con el single Bellísimo, que estuvo tres semanas consecutivas como número uno de Los 40 Principales. A sus 63 años sigue ligado a la música, tras una vida no sólo dedicada a la interpretación y la composición, también al oficio de mánager y productor discográfico, entre otros grupos de Ella Baila Sola. La copla le ha devuelto a los escenarios, de los que decidió bajarse en la década de los 90.

Una noche, sobre las cuatro de la madrugada, Gonzalo se despertó cantando María la portuguesa, la popular copla compuesta por Carlos Cano. "Aquello fue una revelación", confiesa, que le llevó hasta "la obsesión". Poco a poco, con placer, fue devorando el legado del genio granadino, perdiéndose entre las notas de La bien pagá o La falsa moneda, para acabar en La copla rota, título de un espectáculo que se estrenó en junio de este mismo año en la Sala Berlanga de Madrid y que ahora llega a Palma, el próximo 10 de enero, en el Teatre Municipal Xesc Forteza. "Desde que no está Carlos Cano la copla está herida", afirma. Y de eso hace ya veinte años. "Su forma de componer era muy española, y su voz, muy varonil, muy de copla. Era un guasón serio, se reía con inteligencia", añade.

En su aventura coplera, que no se limita a Cano, pues también se extiende a otros lenguajes, como los de Paco Ibáñez o Serrat, le acompaña el pianista bilbaíno Josi González, con quien ha encontrado eso que llaman feeling. "Me da soporte, mi voz se siente arropada por su piano, y cuando eso se logra el resultado es hermoso", subraya. "Juntos alcanzamos tanto la sensibilidad como la fiereza", agrega el pianista.

En las faldas de la Gúbia ensaya estos días el dúo. Ahí reside desde hace unos años Gonzalo, que descubrió la isla hace dos décadas, gracias a la familia de Marta Botía. "He sido mánager, productor y descubridor de Ella Baila Sola. Fueron los padres de Marta quienes me hablaron de Mallorca. El primer lugar en el que me instalé fue Ses Salines pero cuando vi estas montañas de Bunyola flipé y decidí buscar residencia en esta zona", aclara.

Estudiante rebelde, fue expulsado de cuatro colegios. "Mi verdadera escuela fueron los musicales", confiesa. Con José María Rodero intervino en Godspell (1975) e Historia de un caballo (1979); Pedro Olea le fichó para su película La Corea; saltó a la televisión, interpretando a Nico, el hijo de Ismael Merlo y Lola Herrera, en la serie El señor Villanueva y su gente, y posteriormente a Bruno, un joven cantante deseado por las adolescentes en Verano azul; y acabó fichando por la discográfica CBS, con la que se lanzó al mercado discográfico con un primer trabajo titulado Lentamente. "Los inicios fueron muy rápidos, como un tiro", reconoce. "Pero con la perspectiva que da el paso del tiempo fue algo bueno, de lo contrario no estaría ahora en el mundo de la música", reflexiona.

"Soy una estrella del rock, estoy con la CBS", cantaban La Polla Records en los años en que Gonzalo conocía la gloria. "Era la compañía de los grandes pero con el tiempo descubrí que era un producto más dentro de la CBS. Poca implicación humana. Yo solo fui un experimento. Hay que tener mucho cuidado con las multinaciones. Yo me peleé con una y acabé cinco años silenciado", se sincera. Ya con la carta de libertad, a los 27 años resurgió con la citada ¿Quién piensa en ti? "La escribí con las manos en el bolsillo y mirando al suelo", recuerda. Su interpretación no conquisó la OTI pero le dio una lección: "Los concursos no sirven para nada", espeta.

Su cancionero abarca cien títulos, algunos compuestos para Raffaella Carrà o el cantante mexicano Manuel Mijares. "Continúo componiendo pero menos que antes", aclara. Entre sus temas más recurrentes, uno sobresale sobre los demás: "La soledad me preocupa. Quizá sea porque soy un solista. Me hubiera gustado formar parte de algún grupo". Quién sabe, quizá algún día lo monté con sus dos hijas, Jara, de siete años, y Martina, de trece, las dos enamoradas de la música. "La más mayor toca muy bien el piano y le gusta mucho Billie Eilish y Eminem", apunta con cierto orgullo. De momento no hay grupo pero sí dúo, con Josi González, el pianista. A la espera del concierto del Xesc Forteza se pueden escuchar sus coplas en Spotify (La copla rota. Versión piano), diez canciones grabadas en tan solo dos horas, a primera toma. Un regalo para los sentidos.