Dar es dar, una jornada sobre la generosidad y el disfrute de la vida, reunió ayer en Casa Weyler, sede de Esment, a nombres destacados en disciplinas diversas. El cocinero y propietario de Mugaritz Andoni Luis Aduriz, el publicista Toni Segarra, el enólogo de 4 kilos Francesc Grimalt; el presidente de la Distribuidora Rotger, Vicenç Rotger; la presidenta de Amadip Esment Fundació, Montserrat Fuster; la actriz Pepa Charro; los expertos en variedades locales Montserrat Pons y Llorenç Payeras, la chef y propietaria de Ca na Toneta, Maria Solivellas; Joserra Calvo, anfitrión de Mugartitz; y Borja Matoses, miembro de la Real Academia de Gastronomía, respondieron al llamamiento de Eurotoques y de la chef Maca de Castro. Demostraron con su presencia que la gastronomía es un ejercicio de generosidad que "puede cambiar el mundo". De Castro inició su intervención aclarando que "hoy lo voy a dar todo, pero no voy a decir nada de lo que pasará el sábado", en clara referencia a la boda de Rafel Nadal y Mery Perelló. La chef no quiso desvelar ningún detalle y se limitó a decir que "al final, es la boda de un amigo y una amiga. Este sábado tenemos cuatro bodas más. Es a lo que nos dedicamos".

"No es un congreso de cocina. La gastronomía es pura generosidad, tanto en el acto de dar de comer como en todo lo que puede llegar a portar a Balears. Es una actividad que puede cambiar la economía; lo mueve todo", subrayó la chef al explicar el objetivo de este encuentro. En esa idea coincidió la periodista Sasha Correa en el diálogo inicial: "La cocina es la profesión más generosa que existe. El cariño, más allá de la cursilería, es un ingrediente real perceptible por el paladar". Correa, coordinadora editorial de Papeles de Cocina, explicó además: "La idea de esto es hacer pensar, hacernos preguntas y normalizar algo tan básico como que cada individuo tiene necesidades". Tras su intervención llegó el turno de Andoni Luis Aduriz, que inició su charla lanzando una pregunta: "¿Qué aporta la cocina en el ejercicio de dar y compartir?". Aduriz expresó su interés en conseguir un mundo mejor a partir de su profesión y quiso explicar cómo había llegado a poner en práctica su deseo de "tener un restaurante cargado de valores". Aunque partió de la palabra "crisis" para iniciar su ponencia, Aduriz también habló de inconformismo, perseverancia, compromiso, creatividad, superación y optimismo como motores de su actividad. Para terminar, el vasco hizo suyas las palabras del psicólogo Martin Seligman sobre las cinco cosas que se necesitan para alcanzar la felicidad: "Emociones positivas, estado de flujo, sintonía con los demás, pertenencia y logro".

Por su parte Maria Solivellas y el publicista Toni Segarra dialogaron sobre lo que sería necesario para que Mallorca fuera reconocida como marca gastronómica. En opinión de Segarra "la cocina mallorquina no se explica bien". Destacó la importancia de contar con un icono y subrayó que en el caso de Mallorca tiene dos: la ensaimada y la sobrasada. "Lo que hay aquí tiene un valor y comunicarlo ayuda a creérselo", dijo el publicista, que incidió en el concepto de orgullo entendido como "poner en valor". Destacó asimismo la necesidad de tener modelos de éxito, sacar a la luz lo que se hace en la isla y aprovechar el canal y la audiencia internacional que tiene Mallorca para mandar un mensaje claro.

Por su parte, Borja Matoses centró su disertación en los Comilones del siglo XXI. Matoses refirió que la tecnología ha cambiado la forma en que se experimenta con la gastronomía e incidió en que la concepción de lujo también ha cambiado: "Puede parecer una idea un poco cumbayá, pero es bueno ver que hay una verdadera opción de ser rentable asociado a la gastronomía consciente".