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Depresión postvacacional: ¿Cómo combatirla?

Volver de vacaciones y adaptarse de nuevo a la rutina provoca malestar en 4 de cada 10 trabajadores

El regreso a la rutina debe realizarse de forma gradual. Shutterstock

Cuatro de cada diez trabajadores sufren depresión postvacacional, según un estudio de Lee Hecht Harrison para Adecco. Sin embargo, a pesar de ser algo tan común, no está reconocido como síndrome. No obstante, quien lo padece reúne un conjunto de síntomas que por sí solos deben hacernos acudir a un especialista si no desaparecen pasadas unas semanas, puesto que podrían estar enmascarando un verdadero trastorno psicológico. Lo normal es que en un periodo de 21 días -el tiempo necesario para adquirir un hábito- nuestra mente y nuestro cuerpo hayan aceptado la vuelta a la rutina, tal y como advierte el psicólogo Xavier Savin, del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid.

En realidad, la depresión postvacacional no es una depresión como tal, sino que se trata de un trastorno adaptativo, señala este experto en psicología del trabajo, puesto que nos encontramos con que debemos cortar de golpe con todo lo que disfrutábamos hasta hace unos días. Si durante las vacaciones aminoramos nuestro ritmo, relajamos nuestros horarios, descansamos más y nos entregamos a planes placenteros, con la vuelta al trabajo volvemos a robar horas al sueño, aceleramos nuestros movimientos y tenemos que cumplir escrupulosamente el horario laboral.

Las vacaciones son necesarias para desconectar del estrés diario y garantizar nuestro bienestar físico y psíquico

Es indiscutible que las vacaciones son necesarias para desconectar del estrés diario y garantizar nuestro bienestar físico y psíquico. Nos dan la posibilidad de hacer todo lo que no podemos hacer durante el resto del año, como pasar más tiempo con la familia y los amigos, descansar, viajar, hacer deporte... Pero además, está demostrado que a su regreso, pasados esos días de adaptación, rendiremos mejor en nuestro trabajo.

Por tanto, no debemos alarmarnos si al volver de las vacaciones sentimos tristeza, apatía, irritabilidad, tensión, problemas de concentración, fatiga y dificultad para conciliar el sueño, pues son algunos de los síntomas más comunes que se producen al llegar el momento de decir adiós a las vacaciones, despedirnos del verano y dar la bienvenida a septiembre. "Estoy quinbce días en Las Maldivas, apuro hasta el domingo y el lunes me toca ya trabajar y entonces siento que me han cambiado la playa y los cocoteros por el jefe y los compañeros", señala Savin.

Las vacaciones son necesarias y nos ayudan a rendir mejor a la vuelta.Shutterstock

Como todo, tiene también su parte positiva. Se trata de "una oportunidad para revisar si nuestro trabajo está en sintonía con nuestros intereses y valores", indica Savin. No obstante, este experto nos indica algunos consejos que nos ayudarán a llevar mejor la temida depresión postvacacional:

Consejos para que la vuelta al trabajo se haga menos cuesta arriba

El psicólogo Xavier Savin nos recomienda seguir, en la medida de lo posible, estas pautas:

1- Repartir las vacaciones a lo largo del año. En vez de coger un mes de golpe, es preferible dividirlas en periodos de 10 o 12 días para que la sintomatología de este trastorno adaptativo sea más leve.

2- Regresar unos días antes de la vuelta al trabajo. Aunque queramos aprovechar las vacaciones al máximo, es mejor tener unos días libres antes de comenzar la rutina.

3-Volver a nuestro horario habitual de forma progresiva. Dejar de trasnochar tanto y empezar a madrugar cada día un poco más.

4- Incorporar rutinas del día a día de manera gradual.

5- Al llegar al trabajo, dedicar los primeros días a organizarse y no cargarnos de trabajo los primeros días.

6- Centrarse en la parte positiva de nuestro trabajo. Ver de nuevo a los compañeros y compartir las aventuras que hemos vivido durante el verano pueden convertirse en un estímulo para volver a la rutina con alegría.

7- No dejar de lado actividades placenteras que podamos seguir haciendo en el día a día. Es bueno dedicar un tiempo para hacer alguno que nos gusta. Podemos seguir tomando una caña con los amigos al salir del trabajo, ir a la playa a la hora de comer o ver una película al llegar a casa.

Además, la depresión postvacacional es más dura para quienes desempeñan un trabajo no vocacional, advierte Savin. "Las personas a las que realmente les cuesta una barbaridad volver al trabajo tendrían que revisar si realmente el trabajo que tienen les hace feliz. Pero claro, como no es tan fácil encontrar un trabajo que te guste, deben esforzarse en poner el foco en todo aquello que sí les aporta", indica.

"Si el problema fuese trabajar, la gente en paro estaría encantada. Y la realidad es que hay gente que no tiene empleo y lo pasa muy mal" - Xavier Savin, psicólogo

Y aunque no sirva como consuelo, es cierto que es mejor tener depresión postvacacional que no tenerla, puesto que eso quiere decir que tenemos trabajo y eso es bueno. "Si el problema fuese trabajar, la gente en paro estaría encantada. Y la realidad es que hay gente que no tiene empleo y lo pasa muy mal, incluso con la vida relativamente resuelta", concluye.

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