Durante el pasado siglo, la Naviera Mallorquina llegó a tener una importante flota de motoveleros, muchos de los cuales nacieron como pailebotes y otros, los más modernos, surgieron directamente como motoveleros. En los años sesenta, la Naviera empezó a sustituir todas estas naves por buques de acero. Algunas fueron posteriormente destruidas intencionadamente por el fuego en Ses Penyes Rotges, pero otras se vendieron y pasaron a manos de otros navieros. Es el caso del viejo Cala Madrona. Veamos su historia.

El Cala Madrona fue construido como motovelero en el año 1944 en los astilleros Atlántida, situados en la playa del Cabañal, en Valencia, especialistas en este tipo de embarcaciones. Su primer nombre fue Faro de Oropesa. Era el quinto barco de una serie de seis gemelos aparejados como pailebot de dos palos. Todos ellos fueron pintados con el casco negro, de manera que fueron conocidos como los seis "angelitos negros". Los propios astilleros tenían una compañía de navegación a la que pasaron a formar parte. En 1948 fueron todos vendidos a la Naviera Valenciana, que les cambió el nombre, pasando de ser Faro de Oropesa a llamarse Rada de Málaga. En 1955, la empresa se deshizo de los barcos, pasando cinco de ellos a la Naviera Mallorquina. Y el Rada de Málaga volvió a cambiar de nombre, llamándose desde entonces Cala Madrona. Los otros fueron el Cala Galera, Cala Engosauba, Cala Virgili y Cala Llonga.

Durante años, el Cala Madrona estuvo en servicio para la Naviera Mallorquina en navegación de cabotaje entre las islas y la península. Finalmente pasó a Naviera Hijos de Abel Matutes, quien más tarde lo vendió en 1973 a la empresa santanderina denominada Compañía de las Illes Balears, que tenía la idea de realizar con él pequeños cruceros. Para ello fue trasladado a Santander, donde durante cerca de un año fue transformado en goleta de velacho de dos palos, alargándosele éstos y dotándolo de un largo bauprés y nueva jarcia. La máquina le fue renovada, instalándosele dos motores nuevos de 170 HP que le imprimía una velocidad de crucero de 7,5 nudos y la bodega fue reacondicionada de manera que disponía de doce camarotes para una capacidad de total de hasta 35 pasajeros. Sus características quedaron en 40 metros de eslora, 8 de manga y10 metros y 250 toneladas de desplazamiento. Tenía una superficie vélica de 705 metros cuadrados y una tripulación compuesta por 12 personas.

A principios de julio de 1974 llegó a Palma, que sería su puerto base, para iniciar una nueva época. El crucero que se publicitaba ofrecía un viaje de una semana por poco más de 10.000 pesetas con visitas a Cabrera, Conillera, Eivissa y Formentera, dando la posibilidad a los pasajeros de participar en las tareas de a bordo.

Durante varias temporadas estuvo en estos menesteres, pero los resultados no fueron los esperados, pasando largos periodos de tiempo amarrado en Palma. En septiembre de 1975 fue fletado por la Liga Naval Española con el objeto de realizar un crucero, en el que visitaron diversos puertos del Mediterráneo español, y se dijo entonces que podría ser adquirido por esta institución, también algunos alumnos de la Escuela de Náutica aportaron la idea de que fuera utilizado como buque escuela, pero ninguna de estas ideas cristalizó. Finalmente fue adquirido por un consorcio canario con la intención de utilizarlo como atracción turística en aquellas islas.

El Cala Madrona partió de Palma rumbo a Las Palmas ,vía Gibraltar, a primeras horas de la noche del 9 de diciembre de 1976, con una tripulación integrada por 9 personas. Pero sobre las dos de la madrugada, cuando estaba a unas 35 millas de la Dragonera, se le declaró un incendio en la sala de máquinasincendio en la sala de máquinas, por el que tuvo que emitir un SOS al que en primera instancia acudió el buque de la Trasmediterránea Ciudad de Ibiza que ayudó a las tareas de extinción, pero finalmente se evacuó a toda la tripulación, dando orden la autoridad de marina que interviniese el buque de la armada Ulla, dado el peligro que ofrecía un barco sin gobierno y en llamas. A pesar de todos los esfuerzos al final el Cala Madrona se hundió, a sus 32 años.