65 años después de aquel primer saludo entre Juan Carlos y Sofía a bordo del yate Agamenón, al rey emérito le vuelve a dar un sobresalto el corazón. Justo ayer llegó el anuncio de esa operación a la que se someterá el padre de Felipe VI el próximo sábado. Todo, solo unos meses después de que Zarzuela dijera eso de que don Juan Carlos se retiraba de la actividad oficial. Y, sin embargo, le hemos visto más que nunca, con una intensa agenda pública y con una acompañante rendida a su "Juanito", como le gusta llamarlo a la Reina Sofía. Ironías de la vida.
Si el pasado verano Mallorca se quedó con ganas de ver al emérito compitiendo en las regatas; si aquello parecía el fin de la relación de don Juan Carlos con la isla, todo ha cambiado. Marivent ya no es refugio solo de doña Sofía, sino que ahora disfrutan de nuevo juntos de su compañía. No ha sido solo la visita a la Academia de Tenis de Rafael Nadal y el posterior almuerzo en Sa Punta; ha sido también el pasar todo un fin de semana con sus nietos, Irene, Miguel y Victoria Federica e, incluso, cenar en el Flanigan junto a su gran amigo, Miguel Arias. Gestos de complicidad y cariño allá por donde han viajado juntos: de Alemania a Luxemburgo, de Sanxenxo a Mallorca. La próxima imagen de ambos será a las puertas del hospital. Y esta vez habrá verdad; no como en 2018 cuando se tuvo que escenificar la reconciliación entre Letizia, Sofía y Leonor. El matrimonio parece haberse reconducido y la isla ha sido su mejor escenario.
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