Si bien la firma Gelats Paco marca como fundación el año 1950, lo cierto es que el matrimonio formado por Francisco Aznar empezó a vender helados en 1949, pero como fecha institucional ha quedado la primera. La pareja llegó a Mallorca unos años antes desde las localidades alicantinas de Benilloba y de Gorga. De hecho, la vinculación de Aznar con la isla se remonta al 1932, cuando cruzaba el mar para vender helados de forma ambulante. El golpe de estado del 36 y la guerra lo atraparon en Mallorca y no fue hasta 1940 cuando sus hermanos -que también hacían la temporada en la isla- y su mujer -a quien Paco fue a buscar a la península- se establecieron en la isla.

Años después, creó Gelats Paco en la calle Benet Pons i Fàbregues, con la fábrica a los pies del piso donde vivían. Continuó vendiendo su producto -además de churros y golosinas- en ferias y por las calles de Palma de forma ambulante, incluso llevaban los helados a domicilio: "Había mucha demanda en casas particulares, e incluso para comuniones y bautizos", apunta Xavier Aznar, quien mantiene vivo el legado de sus abuelos.

Sin lugar a dudas, eran otros tiempos en los que las heladerías en Palma se contaban con los dedos de una mano. Los años pasaron y a principios de los 70, Paco Aznar decidió vender su flota de carritos a Calatayud, una firma de la que también formó parte y, de esta manera, se dedicó a potenciar su propio negocio. "Se acercaban cambios en el sector -explica Xavier- ya que en los 80 irrumpió la heladería industrial". Los padres de Xavier, Joan Francisco Aznar y Paula Sastre cogieron las riendas de Gelats Paco en 1979. Entró nueva maquinaria, nuevos emulsionantes y estabilizantes y un mejor control de la temperatura, este último aspecto es básico para conservar bien el helado, y se pasó de ofrecer 2 sabores a 16, posteriormente a 27, después a 36 y, actualmente cuentan con una carta de 44 tipos de helado diferentes. Como curiosidad, hay que comentar que de sus viajes surgieron helados como el de manzana verde, fruto de su visita por Francia, el de sacher, a raíz de su paso por tierras austriacas o el de tarta inglesa, surgido de su visita a Italia. También sirven helados a su hermana y cuñada Consol, que durante quince años regentó una heladería en el Balneari 9 de s'Arenal, cerró en 1990.

En 2006, Xavier Aznar y Xisca Gayà se hacen cargo de la empresa. Xavier es informático, pero confiesa que el sentimentalismo hacia la empresa creada por su familia y el apoyo de su esposa lo empujó a emprender su aventura empresarial como heladero. Así pasa el tiempo y los planes de la pareja aumentan y deciden expandirse en Palma, concretamente en Blanquerna, que empiezan a dar forma en 2009 y que abren en 2010: "Gracias a esta apertura hemos recuperado clientes que se habían mudado de barrio y, también hemos visto que había mucha gente que no nos conocía", comenta Aznar. En este nuevo local han aumentado su oferta y los helados se complementan con quartos, magdalenas y la denominada coca de la padrina (de naranja). Xavier explica que el cierre del cine les afectó ya que no pasa tanta gente por la zona, pero aun así tienen su clientela fiel, y un 40-45% de las ventas son helados para llevar ya que todas las tarrinas tienen tapa. Cuando se le pregunta por el secreto de su helado, Xavier es directo: "No escatimamos en el producto, nuestro litro de helado pesa casi 800 gramos". Ahora falta ver qué hará la próxima generación, sus dos hijas, que aunque sean muy jovencitas ya afirman que van a ser heladeras.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Historia de los ´paquitos´

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO