La constancia y la curiosidad son sus dos grandes poderes. A pesar de su luminosa juventud, en sus espaldas carga un Goya, el primer puesto del Torneig de Dramatúrgia 2019 y un libro. A finales de año, participará en el combate de la palabra del prestigioso festival de teatro Temporada Alta, en Girona. Laura Gost no necesita echar ninguna cabezadita para ver cómo se cumplen sus sueños.

P ¿Participar en el torneo de dramaturgia del festival Temporada Alta de Girona es otro sueño que cumple Laura Gost?

R Digamos que desde que ganamos el Goya todo es como la prolongación de un sueño que se va extendiendo por diferentes vías. Hace dos años que voy consiguiendo varios objetivos, algunos que no me esperaba conseguir tan rápido. Siento una mezcla de vértigo, satisfacción, emoción e ilusión.

P ¿Piensa mucho en lo que le está pasando?

R He decidido vivirlo como el resultado de una combinación de mucho trabajo con un punto de suerte. Sé que hay una parte de azar, no me obsesiono en mantener esta racha. Tengo asumido que el éxito no depende solo del trabajo.

P Es una mujer de rutinas. ¿La siesta forma parte de ellas?

R Si puedo hago una siesta breve, de 20 minutos, aunque no es cada día. Sí que la hago los fines de semana. Las siestas de verano son un gran placer, con el sonido del ventilador de fondo. Y en Es Barcarès son doblemente gratificantes.

P ¿Es Barcarès sigue siendo un lugar de ensueño alejado del turismo más voraz?

R Es cierto que con los años ha aumentado la presencia de gente extranjera porque los residentes alquilan sus casas, pero sí que sigue teniendo una tranquilidad incomparable a lugares como Palma o el mismo Port d'Alcúdia, que está aquí al lado.

P ¿El verano le sienta bien?

R Me activa muchísimo. Soy muy energética todo el año, pero cuando llega la primavera y los días se alargan siento una emoción dentro... Me siento más fuerte, optimista, positiva. Y esto dura todo el verano. También me gusta el punto bucólico que tiene septiembre. La verdad es que para mí la peor época del año son los tres meses de frío. Soy de sol y luz.

P Es una gran lectora. Pero, confiese: ¿Qué libro considera un gran somnífero?

R La conjura de los necios, de John K. Toole. Nadie quería publicar este libro, y el autor se suicidó siendo muy joven. Su madre quiso editarlo a toda costa y se encargó de reivindicar a ese hijo que tuvo que suicidarse porque el mundo no lo había entendido. Quise leerlo, pero€ la verdad, no pude. Quizás lo leí demasiado joven, porque lo intenté siendo una adolescente.

P ¿Tiene pesadillas?

R Por suerte no me pasa mucho. Pero sí que una, a veces: discutir con alguien que quiero. Me ha pasado que me levanto con mucha ansiedad. Y pienso: ¿Por qué siento esta tristeza hacia tal persona? Tengo que recordar que ha sido un sueño, pero el malestar me dura unos minutos. Aunque, normalmente, mis sueños son muy surrealistas, y siempre me acuerdo de ellos.

P ¿De los sueños saca ideas para sus proyectos literarios?

R Cuando me despierto, como me acuerdo mucho del sueño, apunto la idea. Y lo que hago es enviármela por correo electrónico a mí misma. Al día siguiente lo miro. Si la idea ya no me parece estimulante, lo borro. Si veo que se puede desarrollar, lo apunto a mi lista de ideas.

P Así es normal que no se le acaben...

R Me fijo mucho en el entorno. A veces veo una situación, una anécdota, que puede ser muy pequeña, pero digo: ¿Te imaginas que en lugar de esto hubiera pasado esto otro? Trabajo mucho dándole la vuelta a la realidad. A veces vamos de viaje, con Jaume Carrió, y pensamos: hubiera sido buenísimo que nos hubiera pasado esto. Al volver, contamos a la gente que han pasado cosas que en realidad no han sucedido, aunque siempre acabemos declarando que no es verdad.

P Son peliculeros a todas horas.

R Sí, totalmente.

P ¿Cuál es su mayor miedo?

R Quedarme ciega. No podría escribir ni leer ni gozar al cien por cien de mi tercera gran pasión que es el cine. Un familiar muy cercano lo es, y un día pensé que, si esto me pasara a mí, sería como renunciar a los tres grandes pilares que me llenan. Me lo quitaría todo.

P ¿Qué libro hubiera soñado escribir?

R Me ha pasado unas cuantas veces eso de desear haber escrito algo. Me pasó después de leer Tokio Blues, de Murakami, y me pasó también con la tetralogía Dos amigas de Elena Ferrante. Son muy diferentes.

P ¿Con qué escritor o escritora haría una siesta o pasaría un rato sabiendo que estarían cómodos?

R Si estuviera vivo, me gustaría pasar un rato con Gabriel García Márquez. Me fascina su realismo mágico y creo que tiene siempre un componente onírico, algo que el realismo mágico implica por sí mismo. En un terreno totalmente diferente, me gusta mucho la manera de escribir de Gillian Flynn, autora de Perdida o Heridas abiertas. Creo que con ella sería muy interesante tener una conversación. Ah, y con Kazuo Ishiguro. Es un escritor japonés que tiene unos universos muy sugerentes. Todo lo que he leído de él me ha conmovido mucho.