Según manda la tradición, cuando pasa una estrella fugaz es obligatorio pedir un deseo, por si acaso se cumple. Los astrónomos, los curiosos y los más supersticiosos este fin de semana están de suerte: se avecina una lluvia de estrellas. Así que quién pueda, que se haga con un telescopio. Algunos astros fugaces ya se han dejado ver durante estos días anteriores y tan sólo son un prólogo del espectáculo que se verá en el firmamento a partir de la noche del viernes y hasta el alba del próximo martes.

La luna, en su fase de cuarto creciente, será el mayor enemigo de las perseidas este verano. Probablemente la luz del satélite consiga eclipsar en cierta medida la lluvia de meteoros, que, sin embargo, "se podrá ver de todas formas, aunque en peores condiciones. Si hubiese luna nueva se podría observar mucho mejor", explica la ingeniera informática y planetarista Elena González, del Institut Mallorquí de Ciències de l'Espai.

Cada verano desde mediados o finales de julio hasta las dos últimas semanas de agosto se produce este fenómeno, que se repite cada año cuando la Tierra pasa por la órbita del cometa Swift-Tuttle. "Aunque se denomina lluvia de estrellas, no es una lluvia, sino el rastro de polvo que deja este cometa y que entra en nuestra atmósfera. La Tierra pasa posteriormente por esa misma zona y es entonces cuando a partir de ese rastro, se percibe esa luz brillante que se denomina perseida", aclara González. "Se tienen que ver a ojo desnudo porque son muy veloces y, aunque parece que están encima nuestra, se encuentran de 25 a 100 kilómetros de distancia", apunta.

Será la madrugada del 12 al 13 cuando se dé el punto álgido de esta lluvia de estrellas, popularmente conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, por coincidir su máximo esplendor con la fecha en la que se recuerda el martirio del Santo. Como fenómeno natural, las Perseidas no se han escapado de un mito que las envuelve. Avivadas por las creencias populares españolas, las estrellas fugaces se convierten en las lágrimas que San Lorenzo derramó mientras se quemaba en la hoguera tras ser capturado por los romanos. "Dadme la vuelta ¡Por este lado ya estoy hecho!", cuentan que chilló. Aunque si se les pregunta a los griegos, esta lluvia dorada es la forma que tomó Zeus para entrar en la habitación en la que estaba encerrada la ninfa Danae, de quien estaba enamorado. Al caer del techo, la lluvia hizo que Zeus y Danae concibieran a su primer hijo, el semidiós Perseo.

"Si se mira en dirección a la constelación de Perseo, el efecto de perspectiva que tenemos del cometa respecto al resto del fondo estelar es de que las perseidas provienen de esa dirección", expone la planetarista. Los requisitos principales para verlas son "estar en un sitio oscuro, preferiblemente en dirección nordeste y con un horizonte despejado para poder tener más campo de cielo", detalla, y añade: "La contaminación lumínica es un problema, por lo que hay que alejarse de ella".

Las mejores vistas

Algunos de los mejores puntos de la isla para ver este desfile de estrellas fugaces son zonas naturales tales como el Gorg Blau, Formentor.

Por su parte, el IMCE ha organizado un año más actividades para poder ver la lluvia. Así, el próximo 9 de agosto en el Castell de Bellver se darán unos trucos para poder ver mejor las perseidas. Se hará una observación por telescopio de la Luna, Saturno y Júpiter y se rememorará el primer viaje lunar con motivo de su 50 aniversaripo. El día 10 se realizarán las mismas actividades en las Cases Galatzó de Calvià, donde también se realizará una visita.

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