Hiperactivo y de dormir poco. Así se define el periodista, dramaturgo y crítico de teatro de este periódico, Rafel Gallego. Cuando necesita desconectar -o conectar-, coge la toalla, un libro y los artilugios necesarios para bucear y se dirige hasta un recóndito lugar de Cala Blava.

P ¿Puede decir cuál es su sueño más recurrente?

R Tengo uno que ha ido evolucionando. De pequeño soñaba que iba de la mano de mi madre o de mi padre. Me secuestraban sin que se dieran cuenta y yo no podía gritar, se me iba la voz. Ahora no sueño esto pero sí que estoy en algún sitio cerrado y que no puedo gritar. Es totalmente una pesadilla.

P ¿Los periodistas tienen que dormir siempre con un ojo abierto, por si acaso?

R No, pero es verdad que cuando la actualidad es muy intensa te la llevas a casa. A mí me cuesta conciliar el sueño cuando el día ha sido duro o ha sido una jornada ha sido potente desde el punto de vista informativo. Cuesta abandonar todo esto.

P Estos días han sido así, intensos, con la investidura de por medio. ¿Han sido como una pesadilla?

R El interés que me genera la política española es puramente profesional. No es que no me importe, me interesa igual que la de Estados Unidos, la de la Unión Europea, o la africana. Pero la española no es que me toque emocionalmente, me siento muy alejado de ella. La miro desde la distancia y siempre desde un prisma profesional. Estos días han sido intensos porque profesionalmente me tocaba contarlo, pero no me provocaba grandes emociones.

P ¿No se echaría una siesta con ninguno de los candidatos a la presidencia del país?

R No, con ninguno. Me parecen muy mediocres, aunque hay matices. Los puntos fuertes que pueda tener alguno de ellos, como la oratoria de Pablo Iglesias, se compensa negativamente con otros defectos muy acusados que tiene.

P Usted habla muchas figuras políticas de las islas... ¿Hay alguna con la que le gustaría hablar más?

R Laura Camargo creo que está muy por encima de la media, me parece de lo más interesante que tenemos aquí. Además, me va bien el ejemplo porque ahora no está en primera línea.

P Presentó la toma de posesión de Francina Armengol

R Supongo que piensan que debería mantenerme más al margen. Entiendo la crítica. Solo te puedo decir que si Biel Company o su gabinete me lo hubiera pedido también lo hubiera hecho. Creo que no puede haber nada más institucional que la toma de posesión. En cambio, si me hubieran pedido presentar el mítin de un partido, hubiera dicho que no.

P ¿Le quita el sueño pensar si levanta más antipatías que pasiones?

R He aprendido que cuanto más te expones más riesgo hay de caer bien o mal. Muchos días preferiría no estar así de expuesto, siempre piensas si haces las cosas al gusto de la gente, te preocupa hacer bien una entrevista bien, escribir un texto que guste... Me gustaría generar más simpatías pero si no es así, mala suerte. No me quita el sueño. Convives con ello.

P El Principal no tiene director

R No, no. En principio está garantizado. Aquí, al contrario que en los países civilizados, hay algo que no tenemos muy asumido: por encima de las direcciones, hay una institución consolidadísima, con muchos años de trayectoria. Aunque no siempre es bueno, esto implica que se mantienen las contrataciones firmadas.

P ¿Le costaría muchas horas de sueño tener que elegir entre el teatro o el periodismo?

R Al final se trata de contar historias, sean de verdad o surgidas de tu cabeza. Pero tengo que reconocer que cada vez me siento más cómodo con los proyectos teatrales y un poco más escéptico con la función social del periodismo, que es lo que me interesa de la profesión. Puedo parecer muy egocéntrico, obviamente tengo algo de ello, pero soy un firme convencido de que el periodismo debe tener una función social, algo que en estos momentos no veo muy claro. Si pudiera dejar una de las dos cosas, creo que dejaría el periodismo.

P ¿Hay que tener amigos de todos los colores?

R Los amigos no dependen de los colores. Evidentemente siempre te juntas con gente con afinidades. Soy una persona progresista, obviamente, pero me puedo llevar muy bien con una persona conservadora que tenga inquietudes culturales.

P ¿Le preocupa posicionarse en su trabajo, sabiendo la exposición que tiene?

R En antena soy bastante escrupuloso, creo que me sale natural opinar lo mínimo. Tengo muy claro que estoy en una cadena pública y que mi opinión en ese contexto no tiene que interesar. Intento ser lo más plural posible y creo que lo conseguimos. En las tertulias hay gente de todos los colores, de todos los partidos políticos, iluminados, científicos, ricos pobres? Y supongo que a algún ladrón habré entrevistado.