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Maternidades

Las secuelas invisibles de un parto por cesárea

Esta conocida y habitual intervención quirúrgica, respaldada por las asociaciones de ginecólogos, entraña problemas emocionales y físicos para las madres

Uno de cada cuatro bebés nacen por cesárea en España. Shutterstock

Que no te dejen dar la bienvenida a tu bebé con un abrazo nunca se olvida y es una herida que nunca se cierra", reconoce B. S. No quiere desvelar su nombre puesto que parte de su familia no sabe que en su segundo embarazo, para evitar volver a pasarlo tan mal como en el primero, decidió dar a luz en casa, con acompañamiento profesional. Sin embargo, los dolores en la zona de la cicatriz de su primera cesárea comenzaron a ser tan fuertes que tuvo que ir al hospital, donde volvió a ser sometida a una cesárea.

Su frustración por no haber podido dar a luz de forma fisiológica le ha marcado a nivel emocional, más que la lenta y dolorosa recuperación de los puntos y dejando a un lado los problemas de reconocimiento de sus hijos desde el primer momento. "Mi primera vez fue una cesárea programada, puesto que tengo fibromialgia y el médico me dijo que no iba a poder superar un parto vaginal", recuerda. En aquel momento, B. S. confió plenamente en los profesionales, algo de lo que más tarde se arrepentiría.

Ya en su segundo embarazo, ampliamente informada, eligió ella misma la forma en la que quería alumbrar a su segundo hijo. "El proceso fue muy bonito hasta que llegué al hospital, porque allí, a pesar de presentar una carta, donde aparecían reflejadas mis voluntades a lo largo de todo el proceso, no la respetaron. No buscaron otra alternativa a la cesárea, dejar que esperase un poco y volverlo a intentar de manera natural", lamenta.

25%de los partos de 2016 se realizaron con cesárea en España

15%es la tasa máxima de cesáreas recomendada por la OMS

80%de los partos se realizan en la sanidad pública

Y es que a pesar de sus riesgos y su elevado coste, el porcentaje de cesáreas se ha duplicado a nivel mundial. Según un informe publicado en la Revista The Lancet -con los datos obtenidos de las bases de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF en 169 países-, el porcentaje de cesáreas ha pasado del 12 al 21% entre los años 2000 y 2015.

En España, en 2016 -último año del que el Ministerio de Sanidad ha publicado los datos- se atendieron más de 329 mil partos y uno de cada cuatro se llevó a cabo a través de esta intervención quirúrgica. Si bien es cierto que nuestro país se encuentra en la media de la OCDE y por debajo de países como Alemania, Italia o Estados Unidos, la OMS recomienda que la tasa ideal debe oscilar entre el 10% y el 15% de los partos y que "las tasas superiores al 10% no están asociadas con una reducción en las tasas de mortalidad materna y neonatal".

Y aunque en los últimos 15 años, el número de este tipo de intervenciones en los hospitales públicos españoles se mantiene estable, en torno al 22%, este porcentaje se ha ido incrementando seis puntos en los centros privados, llegando a alcanzar el 36%. No obstante, la sanidad pública sigue siendo la opción predilecta de las familias. En 2016, 8 de cada 10 partos fueron realizados en centros adscritos al Sistema Nacional de Salud.

La posibilidad de dar a luz por cesárea en un hospital privado de Valencia es cuatro veces superior que en un centro público del País Vasco

Por ejemplo, la probabilidad de que un parto se realice por cesárea en Alicante es del 46% en la sanidad privada, el doble que en la sanidad pública, donde desciende al 23%. Además de las plausibles diferencias entre centros privados y públicos, también existen grandes desigualdades en función de su localización y de sus recursos asistenciales y de personal. Ello explicaría las diferencias apreciables entre centros de distintas comunidades autónomas e incluso entre centros situados dentro de una misma región. Así, en un hospital privado de Valencia, la posibilidad de dar a luz por cesárea es cuatro veces superior que en un centro público del País Vasco.

Cesáreas

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Desde la asociación 'El Parto es Nuestro' (EPEN), explican que estas diferencias se deben a que los protocolos "dependen mucho del hospital" y "es muy habitual que en la misma provincia existan centros con políticas opuestas". Por ello, son muchas las mujeres que practican 'turismo obstétrico'. En ocasiones, la gestante realiza este desplazamiento en busca de hospitales que prioricen el parto natural, pero en otros casos también lo hacen para someterse a una cesárea. "Hay usuarias que la solicitan porque se nos ha vendido como una forma más segura de nacer y porque ante complicaciones se nos ha dicho que es mejor una cesárea", advierte Nuria Andreu, de Epen.

¿Cesárea necesaria o 'inne-cesárea'?

Se estima que un parto por cesárea cuesta en torno a los 6.000 euros, el doble que uno natural, pero expertos y gestantes apuntan a que las malas infraestructuras de los hospitales, la falta de personal y la presión legal sobre los médicos son algunas de las causas que explican el incumplimiento de los protocolos y la realización de cesáreas innecesarias.

"Los profesionales prefieren hacer una cesárea porque así nadie les va a demandar, se entiende que han hecho todo lo posible" - Nuria Andreu, de Epen

"Muchas veces, los profesionales prefieren hacer una cesárea porque si la hacen, nadie les va a demandar, porque se entiende que han hecho todo lo posible", advierte Andreu. Además, al más mínimo problema o ante una dilatación lenta, se acelera el proceso natural con una inducción, lo que aumenta las probabilidades de tener que someterse a esta intervención quirúrgica. A ello se le suma que lo más habitual, especialmente en los centros privados, es que los partos se programen y se hagan entre semana, que es cuando más personal hay en los centros, sin respetar los tiempos naturales y esperar a que la mujer entre en fase activa de parto.

Desde 'El parto es nuestro' solicitan hacer cumplir los protocolos, dotar de más recursos y personal a los hospitales, reducir el intervencionismo de los profesionales y aumentar el ratio de matronas en los centros. De hecho, desde Epen han puesto en marcha la campaña 'Una matrona más, una cesárea menos'. "A priori, la matrona tiene una concepción del parto más fisiológica, mientras que el ginecólogo una postura más intervencionista. La matrona trabaja con otros tiempos y otros protocolos con los que es más fácil que el parto no acabe en cesárea", afirma Andreu.

Las madres piden no separarse de sus hijos después de dar a luz.Shutterstock

Eso sí, desde esta plataforma son partidarias de hacer una cesárea siempre que sea necesaria. Existen razones de peso para llevar a cabo esta intervención cuando están en juego la vida del bebé o de la madre. Según los expertos, el retraso de la edad de la maternidad y la obesidad son dos factores de riesgo que pueden complicar el parto. En 2016, el 65% de los partos fueron de mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 39 años y el 8% de 40 o más, cifra que se ha triplicado desde el año 2000. Actualmente, la edad a la que las mujeres tienen un hijo se encuentra en los 33 años de media.

Una práctica 'normalizada' y muy extendida en todo el mundo

El doctor Gerardo Ventura, de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO), hace referencia a los altos índices de cesáreas en países como Brasil o Estados Unidos y señala que "hay que desmitificar que la cesárea sea perjudicial para el niño y para la madre; eso es falso". Ventura advierte que "lo mejor para el bebé es la cesárea” y "para la madre, en muchas ocasiones también".

Esta intervención quirúrgica "evita que la parturienta sufra desgarros vaginales -que aunque se previenen con una episiotomía (incisión en la vulva), advierte que la curación de la cicatriz que deja es tan larga como la de una cesárea". Además, "evita que la madre pase por el trauma del parto fisiológico", según sus palabras. Eso sí, advierte que todo profesional debe respetar "la libre elección" de la mujer -a no ser que aparezcan complicaciones que puedan hacer peligrar al bebé- y hablar con ella en la consulta para conocer qué problemas presenta e informarle de qué consecuencias puede tener un procedimiento y otro para ofrecer un servicio obstétrico personalizado, que "debe estar por encima del protocolo de asistencia al parto". "El tocólogo y la parturienta deben ponerse de acuerdo en elegir con qué medios quieren dar a luz, algo que en la sanidad pública española no sucede porque hoy te ve uno, mañana otro, te atiende en el parto otro y en el postparto el siguiente" critica.

"Los profesionales deben ofrecer un servicio obstétrico personalizado por encima del protocolo de asistencia al parto", Doctor Ventura, de AEGO

Por su parte, Andreu comparte que la cesárea, "cuando está justificada desde el punto de vista médico, sí es eficaz para prevenir la mortalidad materna y perinatal". Sin embargo, alerta de que "cuando no lo está, al ser una operación abdominal mayor, se corren riesgos innecesarios que pueden perdurar muchos años después de la intervención y que pueden afectar a la salud de la mujer y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro".

Las secuelas físicas para las madres se pueden presentar de múltiples formas: dolor en el postparto, mayor probabilidad de tener diástasis abdominal, insensibilidad en la zona de la cicatriz, adherencias, mayor riesgo de tener problemas de fertilidad, implantación anormal de la placenta y mayor probabilidad de repetición de cesárea o de muerte intrauterina en próximas gestaciones, además de mayor riesgo de hemorragia, infección, trombo o muerte a corto plazo. "Además, con una o más cesáreas previas, aumentan las complicaciones y el riesgo de histerectomía (extirpación total o parcial del útero)", indica Andreu.

Las cesáreas conllevan secuelas físicas y emocionales.Shutterstock

Pero además, también existen secuelas emocionales. "Hay mucho sentimiento de culpa y tristeza, decepción por no haber podido parir, de haber hecho sufrir a nuestro hijo, además de inseguridad en tu cuerpo y de tus capacidades como madre. Si la cesárea ha sido muy violenta, se puede llegar incluso a tener síndrome de estrés postraumático. También aumenta el riesgo de depresión post-parto y de no reconocer a tu bebé y puede haber problemas de apego y con la lactancia", añade.

Sin embargo, "socialmente no se acepta que puedas sentirte mal por la cesárea que, supuestamente, salvó tu vida y la de tu bebé, lo que hace difícil encontrar quién te entienda. Eso hace que algunas mujeres no se atrevan a expresarlo y lo lleven en silencio", denuncia la portavoz de Epen. No obstante, el doctor Ventura Serrano defiende que la cesárea se realiza con las mismas condiciones y el periodo de estancia postparto en el hospital es de tres días, igual que en un parto natural, y que en todos los casos los hospitales permiten que los padres accedan al quirófano y que la madre y el bebé hagan piel con piel, facilitando el inicio de la lactancia desde el primer momento.

Contra la separación de la madre y su bebé

En cambio, según los testimonios que muchas mujeres envían y comparten en la plataforma 'Apoyo Cesáreas' de 'El parto es nuestro', en muchos centros hospitalarios, se siguen haciendo prácticas de separación madre-bebé, no dejan entrar a la pareja, atan las manos como medida de precaución durante la intervención. Por ello, Andreu ruega "que no nos separen de ellos justo en el momento de nacer. Es una de las cosas que siguen doliendo durante más tiempo y que nunca se llega a curar, porque ese bebé no volverá a nacer. Un nuevo embarazo y un parto vaginal puede reconciliarnos con nuestros cuerpos, pero los hijos que nacen por cesárea ya no vuelven a nacer. Y un parto vaginal posterior puede, incluso, ahondar en la herida, ya que ves lo que pudo ser y no fue".

Es necesario fortalecer la relación madre-bebé que ayude a procesar esa experiencia y a poner palabras a las emociones" - Patricia Roncallo, psicóloga

La única forma de curar estas heridas, subraya, es "prevenirlas no haciendo más cesáreas de las que se debe, y, de ser necesarias, cuidando mucho a las madres, para que sean protagonistas, y sobre todo no separándolas de sus crías salvo que sea estrictamente necesario". Asimismo, desde esta asociación demandan también mayor acompañamiento posterior a la madre para ayudar a recuperarse, tanto física como psíquicamente, y que no se sienta sola.

La psicóloga especializada en maternidad Patricia Roncallo confirma que existe una vorágine de sentimientos tras una cesárea. "Para algunas mujeres puede suponer tranquilidad o agradecimiento, otras pueden no percibir la intervención como algo significativo hasta que no se encuentran de nuevo embarazadas, pero otras pueden sentir una gran tristeza o incluso presentar síntomas de trastorno de estrés postraumático y de desconocimiento hacia el bebé". En estos casos, explica, es preciso llevar a cabo "un trabajo psicoterapéutico orientado al cuidado y fortalecimiento de la relación madre-bebé que ayude a procesar esa experiencia y a poner palabras a las emociones, que con mucha frecuencia incluyen sentimientos de rabia culpabilidad".

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