Los pequeños detalles dicen mucho de la historia de un lugar. La tradición familiar de este negocio queda patente en que el espacio que actualmente es el obrador de la Gelateria Colonial antiguamente fue la habitación de su propietario, Joan Aceituno Vidal.

Los inicios de este establecimiento datan de 1948 con la familia Ginard-Bauzà al frente. Se dice que cuando los primeros propietarios construían el edificio, alguien les comentó: "Ya que estáis delante de la iglesia -como núcleo central de una población-, ¿por qué no ponéis un bar?", y así nació el Colonial. En 1969, su abuelo (Joan Vidal) -que durante tres años había regentado el Forn Pons de la misma localidad- pasó a encargarse del negocio y de los helados. De hecho, una de las tradiciones que todavía se mantienen es que, después de salir de misa, muchos son los que optan por refrescarse con un helado.

Pero el Colonial ha sido más que una fonda, un hostal o una heladería, realmente era un centro social ya que también fue la primera parada del autobús de línea, que llegó en 1979, y fue durante mucho tiempo el único local de la Colònia con televisión, además de ofrecer el servicio de taxi.

Joan Aceituno empezó sus primeros pasos en lo que es el oficio de su vida con tan solo 10 años, ayudando a su padre a pesar de los ingredientes y otras pequeñas tareas que puede hacer un niño. Durante estos años el helado ha evolucionado, explica: "En los 70, nos levantábamos a las cuatro y media de la madrugada para ir a buscar la leche de la vaqueria de n'Andreu, hacíamos 4-5 sabores (almendra, avellana, vainilla, fresa y chocolate). Ahora nos ponemos a hacer los helados sobre las 10 de la mañana y ofrecemos 45 sabores diferentes, siempre con leche entera, siguiendo los parámetros del helado artesano que estipula que tiene que haber como un 6-8% de materia grasa y un máximo de un 35% de aire".

También ha cambiado la manera de presentar los helados. "Ahora se exponen de una manera vistosa, pese a que la mejor manera de conservarlos era como se hacía antiguamente, con un acabado plano y tapados. Ahora bien, la tecnología también ha evolucionado de forma espectacular con vitrinas muy potentes y máquinas de ultracongelación que nada tienen que ver con las de antes".

Los clásicos siguen triunfando

Si el helado de stracciatella fue una novedad en el pasado, ahora lo son creaciones con sésamo caramelizado y chocolate praliné. Ahora bien, entre los más solicitados se encuentran clásicos de toda la vida como los de almendra, vainilla, limón y chocolate, con otros sabores más recientes como el de mango o el de Ferrero.

A todo ello, hay que añadir la elaboración de helados para veganos (a partir de leche de arroz), sin azúcar y sin lactosa, y la preparación de postres semifríos como las panacottas y tartas heladas, los polos y la línea de helados exclusivamente para restaurantes, como los de wasabi o los de mostaza con miel.

Preguntado por el secreto de su éxito, Joan responde que se basa en saber escuchar las críticas y en hacer un helado que sea cremoso y a la vez que no sea empalagoso, "que cuanto te hayas tomado uno tengas ganas de comer otro". Tal vez por ello, Trip Advisor ha seleccionado la Gelateria Colonial como la 11ª mejor heladería de España teniendo en cuenta los 285 comentarios y la valoración de éstos. Para ir a probarlos hay tiempo hasta el último domingo del mes de octubre. Está abierto cada día de 12 de la mañana a 12 de la noche.

Gelateria Colonial

C. Gabriel, 9. Colònia de Sant Jordi.

971 65 52 78. Abierto de lunes a domingo de 12 a 00 horas.