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Vida rural

"Nos quedamos sin trabajo por la crisis y nos vinimos al pueblo"

Javier García decidió instalarse en Castelserás, el pueblo con más negocios on line por habitante de toda España

Javier García y su familia en Castelserás.

Castelserás es un pequeño pueblo de 830 habitantes en la comarca del Bajo Aragón de la provincia de Teruel. Si por algo se conoce esta localidad, además de por la hospitalidad de sus gentes, es por ser el pueblo de España con mayor número de comercios online por habitante. Y es que los vecinos sacan chispas a los 30 megas de ADSL que les han permitido conectarse con el resto del mundo y montar sus propios negocios electrónicos para la venta de juguetes o ropa, pasando por alfalfa y abonos para la ganadería, consumibles informáticos y maquinaria para hostelería, hasta juegos de rol, espadas y productos elaborados a partir del cáñamo.

Javier García Calatrava decidió montar con su mujer, Raquel, una empresa de marketing digital en 2014. "Nos quedamos sin trabajo a raíz de la crisis y decidimos regresar al pueblo donde nos conocimos", cuenta. Este barcelonés de 42 años, residente en Gavà, ubicada en el área metropolitana de la ciudad condal, aprovechó esa coyuntura para cambiar de aires. "Trabajaba en el departamento comercial y de marketing de una empresa relacionada con el mundo de la domótica, pero hubo una reducción de puestos debido a la crisis del sector inmobiliario y a mi mujer, que se dedicaba a la banca, le pasó exactamente lo mismo con el tema de las fusiones de las cajas cerraron su oficina y después de pasar por un ERE nos vimos los dos sin trabajo y con dos niñas pequeñas", recuerda este licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat Autònoma de Barcelona con un máster en Dirección de Marketing y Ventas.

Ahora ha ganado en calidad de vida, reconoce. Trabajan desde casa siguiendo un horario flexible que marcan ellos mismos, pues son sus propios jefes, por lo que ahora sí que pueden conciliar perfectamente su vida laboral y familiar, algo que antes era impensable para ellos. "Asesoramos a negocios de todo tipo a crear su identidad digital y a lidiar en el mercado de Internet, diferenciándose de los demás y aportando un valor propio", explica.

"La posibilidad de dar a nuestras hijas una infancia distinta, en un entorno natural, donde no existen problemas de tráfico, masificación ni estrés"

En aquellos momentos, Júlia y Emma tenían sólo 4 y 2 años, pero pensaron que puestos a volver a empezar de cero qué mejor que hacerlo en el pueblo al que desde que eran pequeños acudían con sus familias todos los veranos. "Entendimos que esa coyuntura podía ser una oportunidad para cambiar nuestro estilo de vida", explica García. Conservan su casa en Gavá, por si algún día quieren volver, pero lo cierto es que después de cinco años aseguran sentirse perfectamente amoldados a la vida en el campo y no quieren volver a pisar el asfalto.

Entre las ventajas de esta nueva vida, García destaca "la posibilidad de dar a nuestras hijas una infancia distinta, en un entorno natural, donde se valoran las pequeñas cosas y no existen problemas de tráfico, masificación ni estrés", destaca. "Yo trabajaba en Cornellà de Llobregat, a 12 kilómetros por carretera, pero había días que llegaba a tardar hasta tres cuartos de hora o incluso una hora por los atascos que se formaban todas las mañanas. Y cada vez iba a peor porque conforme el precio de la vivienda iba subiendo, la gente iba buscando una alternativa más económica y más se alejaba de su puesto de trabajo y de la urbe y por lo tanto la caravana cada vez era mayor", advierte.

Puente sobre el río Guadalope, en Castelserás.Ayto. Castelserás

Salía muy pronto por la mañana y regresaba tarde, "después de estar todo el día fuera de casa", subraya. Ahora, en cambio, ha dejado aparcado el coche y cuando lo coge practica el 'slow driving', ríe. "Igual tienes que conducir para ir a ver una peli de estreno o al centro comercial, pero sabes de antemano cuánto tiempo te va a costar llegar, no hay sobresaltos", señala.

Eso sí, reconoce que aunque la intención inicial nada más llegar era disfrutar de la paz del campo y estar más tranquilos, lo cierto es que se involucran en todas las actividades e iniciativas que se realizan en el pueblo. Mientras que "en las ciudades, el concepto de comunidad no va más allá de la comunidad de vecinos, aquí sí que tiene un sentido de colectividad", subraya García, que incluso se ha introducido en la vida política del pueblo. "He sido el alcalde durante la pasada legislatura. Una experiencia muy bonita, pero ahora me toca en la oposición, así que ahora descansaré un poco, aunque siempre hay cosas que hacer en los pueblos pequeños", asegura.

Iniciativas contra la despoblación

Pero el caso de Javier García y su familia es cada vez más frecuente. Entre las muchas iniciativas puestas en marcha para frenar la despoblación, destaca curiosamente el papel que están jugando las nuevas tecnologías para poner en contacto a gente interesada en vivir en el medio rural con las ofertas de muchos municipios a cambio de frenar el vacío al que se enfrentan. Además de grupos en las redes sociales, acaba de nacer una iniciativa, puesta en marcha por la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), formada por 23 Centros de Desarrollo Rural (CDR) y una Federación perteneciente a nueve comunidades autónomas.

Coceder lleva más de cuatro décadas trabajando para frenar la despoblación del medio rural y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Ahora, a través de la página web volveralpueblo.org, pretenden convertirse en punto de encuentro entre aquellas personas que quieren dejar atrás la ciudad y disfrutar de los beneficios de vivir en un entorno natural en contacto con la naturaleza, aunque también con las dificultades que ello supone. Esta nueva plataforma quiere ayudar precisamente a quienes buscan una casa o un terreno en el campo.

"Llevamos desde mediados del pasado siglo en un proceso continuo de abandono y el medio rural se está despoblando a marchas forzadas", alerta Juan Manuel Polentinos, director gerente de Coceder, quien advierte que aunque todo el medio rural se encuentra en esta situación, es sobre todo la mitad norte de España, "de Madrid hacia arriba", detalla, la que presenta mayor riesgo, "puesto que normalmente son núcleos más pequeños de menos habitantes y, por tanto, cuesta más mantener la población, si bien eso no quiere decir que los pueblos del sur no tengan serios problemas, como los de Extremadura o Castilla-La Mancha", cuenta.

Las cifras de la despoblación rural en España

Gráfico: Izaskun Garaizabal

Para que ese cambio de vida ansiado para muchos se haga realidad, la búsqueda contempla una amplia oferta de casas, tierras y negocios disponibles en Sevilla, Málaga, Huesca, Zaragoza, Asturias, Cantabria, Ávila, León, Palencia, Valladolid, Badajoz, Ourense, Castellón y Valencia. Hasta ahora había cerca de 400 viviendas, la mayoría en pueblos pequeños y aislados, un centenar de parcelas y una docena de negocios. "Normalmente pertenecen a personas que se jubilan y con ellos esa actividad económica desaparece. Lo que estamos intentado es que si están interesadas en traspasar el negocio éste pueda continuar en el futuro", explica.

"Hemos realizado un trabajo de campo para crear un banco de viviendas, terrenos y negocios disponibles en los pueblos"

Para ello, el equipo de Coceder va pueblo por pueblo, hablando con los vecinos, que son quienes mejor conocen las necesidades y oportunidades que existen en cada lugar. "Hemos hecho un verdadero trabajo de campo para detectar viviendas, parcelas y posibles negocios", concluye Polentinos.

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