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Cambio climático y medio ambiente

En peligro los cultivos para uso alimentario por la extinción de las abejas

El Ministerio para la Transición Ecológica elabora un plan nacional para proteger a las especies polinizadoras

Las abejas forman parte del grupo de especies polinizadoras. Shutterstock

Hasta el organismo más insignificante es crucial para mantener el equilibrio del planeta, pero sin embargo, no gozan todos del mismo interés por parte de los seres humanos. Así, mientras los mamíferos cobran mayor protagonismo, los insectos siguen siendo auténticos desconocidos. De hecho, son tantas las especies que conforman este grupo que muchas ni siquiera han sido catalogadas ante la falta de información.

No obstante, a pesar de su abundancia, no son ajenos al cambio climático ni a otros factores que están acabando con la biodiversidad, como la destrucción de su hábitat, los cambios de uso del suelo, los pesticidas, los incendios y la intrusión de especies exóticas invasoras. "Se habla incluso de la posibilidad de extinción de todas las especies de insectos en un siglo, que aunque puede parecer mucho tiempo, en la vida de nuestro planeta equivale prácticamente a un suspiro", alerta Theo Oberhuber, coordinador de campañas de Ecologistas en Acción.

Dentro de los insectos, cobran especial importancia las especies polinizadoras. Su función es de tal calado que su desaparición podría acabar con la especie humana, ya que los cultivos alimenticios de todo el mundo dependen de estos insectos -abejas, abejorros, avispas, moscas y mosquitos, escarabajos, mariposas y polillas-, así como de otros animales vertebrados polinizadores, como aves, murciélagos o algunos primates, para su reproducción. Según la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), el 40% de los polinizadores invertebrados, en particular abejas y mariposas, se enfrentan a la extinción.

"El cambio climático está afectando a toda la biodiversidad y especialmente a los insectos", advierte Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción

Es tal la importancia de las especies polinizadoras, destaca Oberhuber, que ahora mismo, el Ministerio para la Transición Ecológica está elaborando un plan de acción nacional para su conservación. Pero, ¿por qué están desapareciendo? En primer lugar, hay que tener en cuenta que existe un grave problema de desaparición de insectos debido al cambio climático. "El cambio climático está afectando a toda la biodiversidad y especialmente a los insectos, conformando uno de los grupos más afectados. De hecho, según los estudios mundiales, el nivel de desaparición de especies de insectos es el equivalente a la suma de la extinción en aves, mamíferos y anfibios", detalla.

Y es que los insectos muestran dependencia total de ciertas especies, por lo que, a su vez, la progresiva reducción de la flora supone un agravante. "La reproducción de una especie de mariposa depende única y exclusivamente de una especie de planta concreta. Si no encuentra esa planta no llega a colocar el huevo, no salen las larvas, no crecen las orugas, no sale la crisálida y por tanto no habrá más mariposas", explica este experto.

Beneficios "incuantificables"

Los beneficios económicos que producen las especies polinizadoras son "incuantificables", si bien un estudio elaborado por la Universidad de Stanford establece que los insectos polinizadores aportan alrededor del 10% del valor económico de la producción agrícola a nivel mundial.

España es líder en Europa en producción de miel y polen.Shutterstock

"Actualmente, en España, más del 70% de los cultivos de consumo humano directo dependen de la polinización por insectos para su reproducción", señala este experto. "Para la agricultura española se habla de que esta cifra supondría unos 2.400 millones de euros anuales, pero está claro que no tiene sólo un valor económico, sino sobre todo un valor vital, puesto que la polinización es esencial para garantizar nuestra alimentación. La polinización es un proceso ecosistémico, como lo es también la producción de oxígeno o la depuración natural del agua que realiza la propia flora, y dependemos de ellos para vivir", sostiene.

El papel de las abejas

Los insectos polinizadores más conocidos son las abejas, que además de producir miel son utilizadas para polinizar cultivos y flores. Existen más de 20.000 especies de abejas en todo el mundo y en la península ibérica se habla de la existencia de 1.100 especies distintas. "Hay que tener en cuenta que nos encontramos en una de las zonas con mayor diversidad de especies en general. Juega un papel muy importante el Mediterráneo pero también la cercanía a África, lo que nos convierte en un punto de migraciones y de contacto entre los dos continentes", indica.

La abeja europea, conocida como abeja doméstica o abeja melífera, lleva más de 30 años en peligro. La mortalidad en las colonias de abejas melíferas es del 20%, cifran desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag). La primera gran amenaza surgió ya en la década de los cincuenta, con la llegada de insecticidas como el DDT, a lo que se sumó la destrucción provocada por la varroa, un ácaro que causó grandes estragos en los ochenta.

La abeja europea lleva más de 30 años en peligro y la mortalidad en las colonias es del 20%", cifran desde la Coag

A los problemas relacionados con parásitos y enfermedades, se une el daño que están provocando las avispas asiáticas en los últimos años, lo que acelera la reducción de la población de abejas y reduce la cantidad de miel obtenida por los apicultores. "La avispa asiática se instala en los entornos de las colmenas, espera a capturar cada abeja que entra, la traslada a un posadero cercano que tiene localizado, y allí le arranca la cabeza, la parte final del cuerpo y se come la parte central. Esto lo hace a gran velocidad, por lo que un solo individuo puede reducir mucho el número de abejas existentes en una colmena", asegura.

El uso de pesticidas en las producciones agrícolas acaba con las abejas y otras especies polinizadoras.Shutterstock

¿Qué podemos hacer?

España es líder en Europa en producción agrícola y en producción de miel y polen, por lo que debería promover el cuidado de las especies polinizadoras para garantizar la biodiversidad y la producción alimentaria. Recientemente, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), actualizaba su Convenio sobre la Diversidad Biológica -jurídicamente vinculante-, con un Plan de Acción para 2018-2030 destinado a la conservación y utilización sostenible de los polinizadores. Desde 1996 esta entidad trabaja en este área, fecha en la que reconoció la importancia de los polinizadores y la necesidad de abordar las causas de su disminución.

Entre otras medidas, este plan pretende reforzar prácticas que mantengan sanas las comunidades de polinizadores y capacitar a los agricultores, apicultores, silvicultores, administradores de tierras y comunidades urbanas para aprovechar los beneficios de la polinización en favor de su productividad en aras a salvaguardar y promover los polinizadores y las funciones de la polinización en todos los paisajes agrícolas y ecosistemas relacionados, incluidos los bosques, los pastizales, las tierras de cultivo, los humedales, las sabanas, las zonas costeras y los ambientes urbanos.

En este sentido, el responsable de Ecologistas en Acción precisa que "hace falta mayor educación ambiental y sobre todo fomentar mayor conocimiento sobre este tema en el medio rural, entre los agricultores y ganaderos, que pueden desarrollar una labor muy importante. Muchas veces, por la búsqueda de rentabilidad a corto plazo, no toman medidas, pero si fuese más conscientes de este problema seguramente sí llevarían a la práctica algunas medidas", opina.

Nido de avispas asiáticas.Shutterstock

Otra de las claves es reducir el uso de plaguicidas. "Ya hay países en la Unión Europea que han logrado reducir su uso hasta el 50%, pero en cambio en España sigue incrementándose su uso y cómo no han aparecido nuevos productos también perjudiciales", advierte.

Y por último, este experto explica la necesidad de avanzar "hacia un modelo de agricultura más sostenible. Si es agricultura ecológica muchísimo mejor", apunta Oberhuber. Para estas especies, es imprescindible que en el campo exista vegetación natural entre unas zonas de cultivo y otras porque es donde pueden encontrar refugio y reproducirse, explica, pero "en nuestro país, se han eliminado las zonas de setos naturales y la vegetación al borde de los caminos", lamenta.

Por ello, subraya "la necesidad de conservar y restaurar el paisaje y fomentar la disponibilidad de flores, tanto en el medio natural como incluso en las ciudades, porque eso les da el alimento y les produce las condiciones de vida necesarias". Cualquier ciudadano puede plantar unas flores en la ventana. "En seguida llegan mariposas, avispas, abejorros, arañas... La biodiversidad aparece rápido y lo agradece mucho", asegura.

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