Elaboradores, ganaderos y amigos de la indicación geográfica protegida (IGP) Sobrassada de Mallorca celebraron, ayer, el primer acto de las bodas de plata de esta institución. La cita, que tuvo lugar en la sala Albéniz del Auditorium de Palma, acogió el primero de los numerosos eventos que durante este 2019 van a realizarse para conmemorar la efeméride.

Jaume Ballester, presidente de la IGP, explicó los orígenes de la entidad y remarcó la rápida respuesta que dio el Govern de les Illes Balears en aquel entonces a la petición de la asociación de fabricantes de embutidos de Balears para crear la IGP: “En noviembre de 1993 hicimos la solicitud y en febrero de 1994 Europa daba el visto bueno”.

No hay suficiente ‘porc negre’ para abastecer la demanda

Por su parte, Vicenç Vidal, conseller de Agricultura, remarcó la importancia de la IGP y de todas las personas que están involucradas, unas palabras a las que se sumó Miquel Ensenyat, presidente del Consell de Mallorca, quien recomendó cómicamente cambiar de doctor si el médico aconsejaba dejar de comer sobrasada.

Preguntado por lo que ha supuesto la entidad que encabeza, Jaume Ballester, apuntó que sin ella no se conocería la sobrasada de Mallorca frente a otras que ya se elaboran por otras zonas del mundo. También apuntó que ha servido para revalorizar la raza Porc Negre y que este 2018 habrá un 15-17% más de ventas, “el problema es que no hay animales suficientes para abastecer la demanda”. El acto contó con la implicación de la DOP Pla i Llevant, la DO Binissalem, Vi de la Terra Mallorca, así como la DO Oli de Mallorca y Oliva de Mallorca, el Queso Maó-Menorca y el sello Pa d’Aquí. La cita también sirvió de presentación del nuevo libro de recetas con sobrasada que cuenta con cocineros de dentro y fuera de la isla Margalida Alemany, Benet Vicens, Antoni Pinya, Joan Porcel y Andrea Carucci, entre otros; además de relanzar la ganiveta sobrassadera, creada para untar este embutido en el pan.