"Pasaba por aquí" contó ayer un emocionado Sergio Marne, sin apenas creerse que el Gordo le ha había tocado. A él y a sus ocho compañeros del 061 que la víspera al sorteo celebraban en un restaurante que a partir del 1 de enero "vamos a trabajar a jornada completa" en este Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias, y "comentamos: "¡Mira que si mañana nos toca el Gordo!".

El afortunado por partida doble no podía creer lo que le estaba pasando. Celebró que "sea repartido entre los compañeros de trabajo; lo mejor", aseguró. Fue el primero en llegar al barrio de Camp Redó, donde una parada de un servicio semanas atrás, le ha dado un alegrón gordo.

La suerte por partida doble sucedió una mañana en que "íbamos a hacer un servicio cerca de Corea, y paramos enfrente de este puesto de venta de lotería y le dije a mi compañero: 'Venga, vamos a comprar un décimo'; queríamos que acabara en 7; solo había dos, y yo elegí éste. El 03.347. A mi compañero no le gustó, me dijo que era 'muy feo', pero yo le recordé que 'todos están en el bombo", narró ayer al poco de acercarse a la administración.

La lotera Elena Amengual regenta este punto mixto en la calle Felipe II, entre la carretera de Valldemossa y Colliure. "No había vendido nunca un primer premio de la Lotería de Navidad, pero sí Gordos de otros sorteos, uno en 2017 y otro más en 2015", indicó.

Su padre, Toni Amengual, la escucha. Él fue el encargado de este local receptor de primitivas de fútbol hasta su jubilación. Empezaron a vender Lotería Nacional por terminal en 2009-2010. Ayer celebraron que los 400.000 euros del Primer Premio viajó 'en ambulancia' a Llucmajor, y a otros barrios de Palma. No se quedó en Camp Redó.

Sergio, como tantos otros afortunados por la Lotería de Navidad, destinará la parte que le corresponda de los 400.000 euros, "a hacer alguna pequeña reforma en casa para la habitación de nuestro tercer hijo", contó cada vez más emocionado. Sergio es vecino de Llucmajor, pero sus compañeros viven en Palma.

Él fue el primero en llegar al pequeño establecimiento que poco a poco aparcó la tranquilidad y se fueron sumando a la fiesta vecinos como Emilia López que aseguró haber comprado 18 décimos y apostar por el 7. "Soy muy lista. Sabía que tocaría. Se lo dije a Elena (la lotera) pero yo me llevé un 47. ¡Lástima!". No importó. Al rato apareció con un par de botellas de cava que roció al afortunado Sergio, a la administradora de la lotería, a su padre y a los curiosos que se iban acercando a ver de cerca la cara de la suerte. Más tarde llegaron los compañeros del 061 que pellizcaron la Fortuna en la ambulancia.