El Gordo, generoso con Mallorca

Excepto segundos, cayeron diseminados por distintos puntos de la geografía insular premios de las restantes categorías, dejando un montante total de aproximadamente 3,6 millones de euros.

La tónica del sorteo: los agraciados y agraciadas han sido sobre todo trabajadores, tal y como explican los loteros. Los barrios palmesanos pellizcados por la suerte, el Rafal Vell y Camp Redó, también son zonas humildes.

Pellizco a Sant Llorenç

A destacar, el tercer premio, un número bonito, el 04.211, que hizo escala en sa Coma (Sant Llorenç), localidad afectada por las terribles y devastadoras inundaciones del pasado octubre. Los seis décimos que despacharon Katia Buades y Biel Servera, con dos casas "destrozadas" tras la torrentada, han dejado un total de 300.000 euros. Muy necesarios. "Con lo que ha pasado, nos alegramos de corazón haber repartido suerte", confesaron. " Iremos a c elebrarlo con la familia a algún restaurante", comentaron.

El Gordo, que no ha dejado demasiados testimonios de suertudos en las administraciones o puntos de venta (cada vez son menos las historias humanas que llevarse a la libreta), sí regaló ayer en Palma el relato en primera persona de Sergio Marne, trabajador del 061, quien compró un décimo en el establecimiento de la calle Felipe II (en el barrio de Camp Redó) tras acabar un servicio con la ambulancia semanas atrás. 400.000 euros a repartir con ocho compañeros. "Lo utilizaré para hacer una rehabilitación en casa, en concreto para la habitación de mi tercer hijo", contó emocionado. Poco después, sus compañeros se sumaron a Marne con varias botellas de cava. Euforia, temblores de emoción. "Es la mejor manera de empezar el año", convinieron.

En la calle Berga de s'Arenal la expectación era máxima. La lotera Toñi García había vendido dos de los siete décimos agraciados con el primer premio en Mallorca. "Es una alegría que no te puedes imaginar, a ver si es alguien conocido y al menos alguien que lo necesite", comentó. Un enigma que ayer por la mañana no pudo despejar.

También fue la primera vez que tocó el Gordo en el punto de venta situado en un bar de la carretera de Artà a Alcúdia, en la zona turística de Can Picafort. En concreto, se trataba de la cervecería El Barrilito, de la periodista de Canal 4 Yolanda Hernández. "Estoy segura de que le ha tocado a un vecino. Tenemos una clientela muy fiel que es principalmente gente humilde y trabajadora", detalló.

El 03.347 también dejó unos buenos pellizcos de suerte en Inca (un décimo en la calle Francesc de Borja Moll) y en Cala Rajada (dos décimos). En esta localidad, uno de los premiados fue un camarero de una hamburguesería que mantuvo hasta el final las dudas de que el suyo era un boleto premiado. Quiso pasar por el local para comprobarlo con sus propios ojos.

El resto de premios reúnen algunas anécdotas, pero siguen sin dejar demasiados testimonios en primera persona.

Doblete

A destacar, el punto de venta de la calle Virgen de Montserrat de Palma, en el barrio del Rafal Vell, donde se registró un doblete en poco más de una hora. Un hecho insólito: las probabilidades de que caigan dos premios distintos y consecutivos en la misma administración son prácticamente nulas. A las 10 horas, los niños de San Ildefonso cantaron un quinto premio, el 29.031. No acababan de colgar en la puerta el cartel con el número agraciado cuando todo el equipo de Jesús García volvía a fundirse en un abrazo y a mojarse los labios con champán. Un cuarto (67.774) regaba con 40.000 euros a algún vecino o vecina que había comprado dos décimos y que también se resistía en aparecer. Este mismo número también salpicó a la Colònia de Sant Jordi.

Por último, cabe mencionar los quintos. Uno (el 29.031) tocó en Cala Millor, en la calle Colón. Y otro (el 02.308) agració a dos establecimientos de Manacor, uno en la calle Amargura y otro en la calle Bosch.