La lotería de Navidad ha puesto este año el ojo en barrios de gente trabajadora. El Rafal Vell de Palma vivió ayer una doble alegría con los pellizcos que dejaron un cuarto y un quinto premio. En concreto, el 67.774 y el 29.031, respectivamente. En total, 46.000 euros en premios, "que seguro que han tocado a vecinos de esta zona, pero no sabemos todavía a quién", comentó el dueño del estanco, Jesús García.

El establecimiento de la calle Mare de Déu de Monserrat, situado en el número 61, un punto mixto de venta, fue el primero tocado por la suerte en Mallorca. A las 10.01 los niños de San Ildefonso cantaron un quinto, el 29.031, premiado con 60.000 euros la serie. La máquina de su local expendió en concreto un décimo (seis mil euros) con ese número. A las 10.15, las dependientas Eva Rodríguez y Alejandra Sans aún no conocían la noticia. "Nos hemos enterado porque habéis venido vosotros (DIARIO de MALLORCA)", comentaron. "Y se me acaba de poner la piel de gallina", confesó Sans. El padre del dueño, Antonio López, también se sorprendió de que la fortuna hubiera caído en su tienda. "Que hemos repartido un quinto, que ha tocado aquí", le manifestó emocionado por teléfono a su hijo, quien no acababa de creerse lo sucedido y achacaba la llamada a una broma. "Te paso con la periodista". Tras conversar con este medio, Jesús puso rumbo al estanco, en el que apareció a los diez minutos, donde fue felicitado por muchos de sus clientes habituales.

De hecho, algunos vecinos se acercaron para comprobar sus décimos y participaciones. Pero ninguno de ellos llevaba las combinaciones ganadoras. La expectación por conocer al ganador o ganadora y su historia personal iba en ascenso.

Al poco de colgar en el cristal de la entrada el cartel oficial de Loterías y Apuestas del Estado con el número 29.031, la televisión encendida en el local anunciaba el cuarto, el 67.774. También vendido en Palma, con la casualidad de que también había sido expendido por la máquina de la calle Mare de Déu de Montserrat. Más abrazos y felicitaciones. "Y ahora, a por el Gordo", se escuchó en el local.

Para Jesús, llegaba el momento de abrir una botella de cava, aunque no hubiera comparecido ningún agraciado. "Si vienen, luego abriremos otra", asegura. "Mis amigos no paran de llamarme y de preguntarme si les he vendido esos números, pero no. Están todos enfadados. Tenía unas cuantas combinaciones que había sacado yo y que me habían comprado amigos y alguna empresa", explica. "Pero no nos ha tocado".

Del cuarto, el lotero asegura haber vendido dos décimos, premiado cada uno de ellos con 20.000 euros. "Es un buen pico", comenta. "Pero por esa cantidad no dejas de trabajar, por eso seguramente no habrá venido el ganador. Debe estar en su jornada laboral", aventura una de las dependientas.

El establecimiento lleva dos navidades despachando lotería. Y no es la primera vez que la fortuna les visita. El año pasado repartieron seis mil euros de un sorteo ordinario de lotería nacional. "Fue a un señor del barrio, una persona humilde, le tocaron seis mil euros", evoca Jesús. "Y también repartimos 3.000 a otro señor que trabaja en la iglesia y que había jugado a la bonoloto", agrega.

La jornada sucedió entre "enhorabuenas" a los loteros. Mucha gente de la zona y los propios periodistas aprovecharon la suerte del local para comprar décimos del Niño.