"¿Y si hacemos el regalo nosotros?" Esta fue la frase con la que se empezó a germinar un proyecto que, más que un leitmotiv de vida, es el plan B de Malén Guardiola y Biel Estelrich. Alguno de ellos dos pronunció esta frase en el año 2015. "Era verano", comentan. Fueron a la playa y recogieron un trozo de madera. Así, partiendo de una idea de Malén y gracias a las habilidades con la electricidad de Biel, diseñaron una lámpara con este pedazo de árbol que el mar dejó un día sobre la arena. Rústica, discreta, natural. Dieron con el regalo perfecto por su sencillez, su utilidad y su elegancia. Claro: "Gustó mucho", apunta Biel. Su gente más cercana empezó a curiosear y hacerles encargos. Y casi fue "de la noche a la mañana" que nació Electreec, el plan B de esta familia de Alaró.

Todo fue muy rápido. "Ese mismo año ya estuvimos en varios mercadillos de Navidad, empezamos trabajando y produciendo mucho", dice Biel. De eso hace tres años. Salían "de excursión con las criaturas [sus dos simpáticos hijos, que ellos mismos comentan que son sus ayudantes]" por las playas de la isla a recoger trozos de madera. "Ahora ya no salimos tanto porque en su momento ya recogimos mucho material". No pueden negarlo, pues su taller en el municipio da fe de ello: hay madera en todos lados. "Pero, como seguimos con nuestras respectivas profesiones, nos hemos relajado y prácticamente solo trabajamos por encargos. Entre los niños, el trabajo, y Electreec, el tiempo vuela", comenta Biel.

Siguen con los mercadillos pero, tres años después de arrancar con Electreec, son más selectivos, "no hacemos tantos". "Este fin de semana estamos en el Rata Market. A mí me encantan los mercadillos, no por lo que puedas vender, sino por los contactos que puedes hacer allí y los artesanos que puedas conocer", comenta Malén, que también sostiene que, aunque ir a estos encuentros es bueno para el proyecto, es una inversión de tiempo que muchas veces no pueden asumir.

Las lámparas son su producto estrella: tanto las hacen con troncos que hacen tres metros de largo y que pesan más de 100 kilos como con piezas de madera más pequeñas, y siempre juegan con sus formas. Malén explica cómo trabajan: "Nos gusta utilizar la madera tal y como ha salido del mar. Tocarla lo menos posible. Nuestra manera de hacer siempre parte de la misma pregunta: ¿Qué podemos hacer con lo que tenemos? Así siempre salen cosas diferentes".

Otros de sus productos son posa velas o percheros. "Un 90 por ciento del material lo sacamos del mar, pero también utilizamos madera de otros sitios para darle un segundo uso", comenta Malén. No hay nada como fijarse en el entorno y saber utilizar las habilidades propias para crear algo útil y bonito