A María Saura, graduada en Bellas Artes, siempre le había llamado la atención la joyería. Y tenía un objetivo: entrar en la Escola Massana de Barcelona para formarse en esta artesanía. "Lo conseguí", dice, medio ruborizada. Allí cursó Joyería Artística, pero cuando acabó no tenía claro qué hacer: "Como vengo de una formación artística, nunca me había planteado el hecho de repetir piezas". Así, al principio se inclinó por la joyería artística, más enfocada a exposiciones, más "escultural". Pero por el camino diseñaba pequeñas piezas más ponibles para sus seres queridos. Por aquel entonces las firmaba con su nombre, pues aún no existía lo que hoy es el proyecto vital de María: Mamalula.

El proyecto nació a finales de 2013 pero no hubiera sido así si no fuera por la otra mitad de Mamalula: Mercedes, la hermana de María, graduada en Publicidad y Relaciones Públicas. Se intuye, y así es: estas dos hermanas forman el tándem perfecto. "Tengo muy claro que, si no fuera por Mercedes, Mamalula no existiría. Somos como el día y la noche, pero nos complementamos perfectamente". De alguna manera, María es la artista que tiene la cabeza en las nubes y Mercedes la que la llama desde la Tierra para que toque tierra firme. Aunque desde que iniciaron juntas el proyecto, Mercedes también se ha interesado por la joyería, formándose a partir de diferentes cursos. También tiene su taller de Mamalula en Madrid y diseña algunas colecciones, aunque siempre firman con el nombre de la marca. Si bien una está en Madrid y la otra en Palma, María asegura que esto "hoy en día no es un problema". Trabajan a distancia, y cuando ven que es necesario verse, cogen un avión. Las dos han volcado su vida en favor de Mamalula. "Y en esta vida hay que arriesgar. Hoy podemos decir que vivimos de esto", señala María, con su permanente sonrisa.

El objetivo principal con el que nació Mamalula fue, y sigue siendo, hacer joyería de autor accesible, para todo el mundo. Además, también está el defender lo hecho a mano, algo que va muy ligado con la inclinación artística de María: "Aunque repitamos piezas y hagamos colecciones, intento que no se pierda la parte más artística". También tienen claro que su producto tiene que ser 100 por cien made in Spain: "Yo no quiero que solo nos vaya bien a nosotras, también quiero apoyar a mis vecinos y compañeros. Así que todos los materiales los compramos en España".

La personalidad es lo que define las joyas de Mamalula. "Son piezas sencillas, muy minimalistas y que, creo, transmiten ligereza", admite María, que añade que una de las cosas que más le gusta trabajar es con las texturas. "Me gusta que se note que están hechas a mano". Y es que es en la imperfección donde, muchas veces, reside la belleza. Aunque esto no le guste a todo el mundo: "Sé que tengo un público reducido. Pero quiero ser feliz y sentirme orgullosa y cómoda con lo que hago, a gusto". Pueden estar orgullosas por haberlo conseguido.