Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con Ciencia

Ignorancias

Ignorancias

Buscar al culpable del cambio climático que está causando desastres como los provocados por las lluvias torrenciales de este otoño en Mallorca o Menorca o los incendios californianos es difícil. O no. Cualquier aficionado a la geología sabe que el planeta ha pasado a lo largo de su historia por episodios de frío intenso, las glaciaciones, y por otros en los que las temperaturas suben, los interglaciares. Hace diez mil años que nos encontramos metidos en uno de ellos y, por consiguiente, que el clima tienda a volverse cada vez más cálido es inevitable hasta que la situación revierta y nos encaminemos hacia la siguiente glaciación. Nadie sabe si, para entonces, habrá humanos aun en la Tierra pero es que nuestra ignorancia es mucha. Sin ir más lejos, el líder del país más poderoso que existe no cree en el calentamiento global.

Antes de echar la culpa de lo que sucede a la naturaleza, tan dada a los cambios climáticos, mirémonos en el espejo. Hace mucho tiempo que, salvo personas como Donald Trump, sabemos que es el desarrollo industrial el que está agravando las consecuencias catastróficas del calentamiento del clima. Incluso la clase política, por lo general tan perezosa para entender nada, lleva décadas intentando aplicar los acuerdos que se firman para evitar el efecto invernadero que produce la emisión de gases procedentes de las combustiones de coches, aviones, calefacciones y fábricas. Pero a lo más que se llega es a lanzar globos sonda como, por lo que hace a España, el borrador de la ley de cambio climático que ha llevado al pánico a la industria del automóvil. A algún genio del Gobierno del doctor Sánchez se le ha ocurrido que lo mejor es que tengamos sólo coches eléctricos. La contaminación que se producirá al construir tanto automóvil sin emisiones de gases y al generar la cantidad de electricidad necesaria para moverlos no la conoce nadie, ni existe estudio alguno que nos oriente. Pero queda muy bien apuntarse a la causa ecologista mediante una especie de extensión del movimiento me-too.

Por no saber, ni siquiera se conoce la forma real como afecta la actividad humana al clima. La revista Nature ha publicado un trabajo de Christina Patricola y Michael Wehner, investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory de California (Estados Unidos), en el que mediante una simulación digital se estiman las dimensiones que habrían tenido ciclones tropicales como el Katrina en condiciones pre-industriales. El resultado es el que cabe imaginar: la actividad industrial ha aumentado la intensidad de las lluvias producidas por dichos ciclones. Pero no la velocidad del viento. Es un consuelo triste, habida cuenta de la destrucción que causan las inundaciones. Pero lo más triste de todo es que, pese a ello, sigamos celebrando cumbres mundiales sobre el cambio climático para no hacer luego nada que pueda ser tenido siquiera por un intento serio de solución. Puesto a ser ignorantes, cerramos los ojos incluso ante la catástrofe.

Compartir el artículo

stats