"El desarrollo de la tecnología ha hecho que vivamos hiperconectados a Internet pero a la vez peligrosamente desconectados de nosotros mismos". Este es el diagnóstico que ayer trazó el maestro zen Dukushô Villalba, quien al mismo tiempo ofreció el antídoto para atajar este estado de "frustración, insatisfacción y ansiedad" que nuestra búsqueda de la riqueza material provoca: la práctica de la atención plena -"sentarse y sentirse-", una herramienta que ofrece el Mindfulness basado en la Tradición Budista, sobre el que disertó en un abarrotado club de este diario.

Villalba explicó cómo el creador del Mindfulness, Jon Kabat-Zinn, logró traducir la meditación budista, que no llegó a obtener un gran número de seguidores en Occidente debido a su componente religioso oriental, al depurar este elemento y presentarla con un lenguaje muy "aséptico y aconfesional". No obstante, en esta traducción Kabat-Zinn confundió "lo superficial con lo esencial", "confundió el contexto étnico-religioso con el contexto ético-cognitivo". De ahí, su apuesta por el Mindfulness basado en la Tradición Budista, que permite que la atención plena "se desarrolle en todo su potencial".

"La atención plena es la capacidad para entrar en conexión consigo mismo, la manera de hacerse íntimo de sí mismo para desarrollar la conciencia a un nivel muy profundo", abundó el maestro zen, que recalcó que esto nos permite la introspección, el "conócete a ti mismo" que propugnaba Sócrates. Villalba detalló las tres patas de esta atención: enfocada, para obtener un conocimiento profundo de algo frente a la dispersión que provoca el exceso de información; abierta, para lograr una visión global frente al fundamentalismo y la cerrazón, y la empática, para "resonar con el otro, para sentirlo".

"En esta época si queremos sobrevivir como especie debemos despertar la conciencia lo máximo posible", subrayó Villalba, quien advirtió de que "si desconectamos de nosotros no podremos conectar con los demás".