Este año el tiempo ha acompañado la noche de Halloween en Palma. Rayos, truenos, viento huracanado y mucha lluvia, ¿no empiezan así las mejores películas de miedo? Lo que apuntaba a ser una fatídica Noche de los Muertos debido a las inclemencias meteorológicas acabó siendo una gran velada en la que las monjas diabólicas, los esqueletos y, en definitiva, los muertos vivientes, tomaron las calles para asustar a niños y adultos.

Como cada año, los protagonistas de las películas más terroríficas fueron también los principales personajes de Halloween, aunque no faltaron los clásicos: vampiros, brujas o esqueletos.

Ya desde por la tarde se podían ver grupos de niños disfrazados con sus cestas con forma de calabaza para participar en el cada vez más conocido ¡Truco o trato!, con el que buscaban conseguir el mayor número de chucherías posible.

Fue sobre todo en Son Oliva donde el poder del mal tuvo su punto de encuentro. Allí, un año más, el Club d'Esplai i Joves Son Oliva celebró su pasacalles y abrió las puertas de su ya tan concurrido túnel del terror, para el que, a pesar de la lluvia incesante, cientos de niños hicieron cola durante más de media hora. "Lo que más me gusta del Halloween en Son Oliva es el túnel del terror", aseguraba ansiosa por entrar Paula, de 13 años, que fue una de las monjas más fotografiada de la tarde. Su aspecto daba pavor gracias a un maquillaje trabajado durante más de dos horas.

A las 19.20 el sonido de una motosierra puso en alerta a los allí presentes, que no pudieron evitar dejar escapar gritos y risas. El pasacalles estaba a punto de comenzar, aunque no fue hasta casi media hora después, debido a la lluvia y el viento, cuando la batucada que lo acompañaba dio sus primeros toques. "El pasacalles es lo mejor de la fiesta en Son Oliva y la batucada anima muchísimo", decía Rocío, una caperucita roja muerta hace ya varios años que revivió anoche para disfrutar junto a Hugo (de tres años) y Paula (de cinco), sus dos hijos.

El ambiente en la calle José María Usandizaga no pudo ser mejor y tras el animado pasacalles en el que zancudos, payasos, y zombies trataron de asustar a los más pequeños con sus maquillajes de miedo, llegó el turno del ansiado túnel del terror. "Da mucho miedo, el año pasado entré, pero este no pienso repetir", aseguró acongojada Elena (15 años).

Cine de terror

Este año el Club d'Esplai del barrio palmesano recreó un cine donde se pudieron encontrar siete salas tematizadas y en el que más de cuarenta personajes de terror hicieron temblar a quienes se atrevieron a entrar.

Máscaras, tridentes, pelucas, huesos, látex, armas blancas de todo tipo y mucha sangre artificial fueron los complementos más utilizados para confeccionar los disfraces, rematados, en la mayoría de los casos, con ropa prestada y materiales reutilizados. "Es el vestido de novia de mi madre", decía María Jesús (13 años), que orgullosa exhibía su atuendo de recién casada ensangrentada. Algo parecido hizo Álvaro, que junto a sus amigos utilizó las batas del hospital que usa su madre para trabajar para asustar a todos con su look de enfermeros muertos.

Como el terror no se concentra en un solo lugar, las catrinas del folclore mexicano, los vampiros y las brujas también visitaron el centro comercial Fan Mallorca Shopping, que celebró un concurso de disfraces al que también se presentaron algunos turistas.

Familias enteras, amigos e incluso matrimonios acudieron al centro comercial con unos atuendos absolutamente terroríficos. Algunos de los muertos resucitados que paseaban por Fan son históricamente conocidos, de hecho se pudo ver supervisando que el concurso se celebrase de forma correcta a Francisco Franco y a su mujer, Carmen Polo, que con los collares y la mantilla de su madre no pasó desapercibida. "¿Hay algo que dé más miedo que esto?", comentaba entre risas César Lobo (El Generalísimo).

Otras fiestas

En Son cotoner también hubo un túnel del terror; en Katmandú Park se celebró una fiesta para niños donde los zombies fueron los protagonistas; y varias discotecas como Gran Maraca, Kaelum o Tito's disfrutaron de Halloween hasta altas horas de la noche.