Después de visitar el chiringuito de es Dolç, en la Colònia de Sant Jordi, no me extraña que un grupo de amigos míos haya decidido adoptar la costumbre de visitarlo, al menos, una vez al año. El entorno, ya de por sí, invita a disfrutar de sus aguas, arena y vistas al islote de na Guardis y a Cabrera, un plan al que hay que unir la variada y sabrosa oferta culinaria de este chiringuito, para el que se recomienda reservar mesa con antelación. Para acceder a él, tan solo hay que recorrer un breve tramo de camino desde la playa del puerto de la Colònia.

La cocina está comandada por Bàrbara Batle y Joan Valentí que preparan desde unas ricas croquetas de pollo a unas deliciosas ortigas de mar rebozadas. Su propuesta también incluye pinchos de pollo, pimientos de Padrón, además de pulpo a feira sobre patatas o el jamón curado acompañado de fonoll marí i galletons. Una carta que puede acompañarse con sangría de cava, mojitos, así como pambolis variados, que son también un buen reclamo para merendar o para cenar. Sin olvidar el gató con helado y las croquetas de crema, dos postres caseros marca de la casa. Me explican que tienen preferencia por productos ecológicos y de kilómetro cero, como el pan, el queso, las verduras y el vino. Abren cada día de la semana durante 6 meses, del 1 de mayo hasta finales de octubre, a partir de las 10 de la mañana hasta las diez de la noche, pero que en los meses de julio y agosto se alarga hasta proximadamente la medianoche.

Espais Nets es la empresa que se encarga de regentarlo desde hace 10 años. Durante este tiempo, su labor en este establecimiento ha sido premiada con diferentes distinciones como por ejemplo ser el chiringuito más responsable de España en 2014. También ha recibido la Escoba de Plata, un galardón internacional que premia las prácticas respetuosas con el medio ambiente relacionadas con la limpieza y la gestión de residuos, que se le entregó en 2016. Ahora, dos años después, ha recibido la distinción superior, la Escoba de Oro, a la cual se puede optar transcuridos dos años de recibir la de plata; y ahora ya piensan en continuar haciendo bien el trabajo para recibir la de platino de aquí a dos años. Pero aún hay más porque también es el único establecimiento de playa galardonado con la certificación de calidad EMAS, que también tiene en cuenta el servicio de socorrismo, hamacas, sombrillas y velomares que ofrece a diario. Criban la arena dos veces a la semana y limpian el chiringuito tres veces al día. Todo ello se une a la certificación ISO de calidad 9001 y la de medio ambiente ISO 14001 e ISO 9001.

La experiencia de es Dolç se puede complementar o bien estirado en la arena, o bien aprovechando sus dos tumbonas con sombrilla por 17 euros al día.