Me gusta: Es un gran invento que nos ha salvado en las olas de calor
Ahora ya no podemos imaginarnos cómo eran los veranos sin el aire acondicionado. Nuestros ancestros sobrevivían con consejos básicos y sesiones en la calle 'a la fresca' aunque todavía quedaban lejos las temibles olas de calor que ha traído, en parte, el cambio climático. Parece que en estas circunstancias surgen estos aparatos para salvarnos de los temidos mareos y otros problemas de salud que conllevan las altas temperaturas. Una bocanada de aire fresco en una tórrida tarde de agosto te devuelve el bienestar. Aunque en el término medio está la virtud y en algunos establecimientos parece que nos encontremos en el polo norte.
Ya no me gusta: Es una tortura que solo sirve para acatarrarnos
El aire acondicionado es una agonía diseñada para hacer felices a los fundamentalistas del frío polar y tumbar de un gripazo a los enemigos de los ambientes solo aptos para pingüinos. Parece que más de uno no se ha dado cuenta, pero ya sea en casa, en el trabajo o en el supermercado, la idea es combatir el bochorno, no convertirse en un ultracongelado. Pero claro, para los calurosos recalcitrantes la habitación nunca está lo suficientemente gélida. Como si no tuviéramos bastante con soportar ahí afuera los días sofocantes que nos azotan, nos toca también sufrir puertas adentro las temperaturas de Siberia a las que nos condenan los adictos a la rasca.
