La 37 edición de la Copa del Rey de Vela no para de dar sorpresas. Después de anunciarse que el Rey emérito, Juan Carlos I, finalmente no competiría en las regatas, supuestamente por un dolor muscular en la espalda provocado por una lesión en la muñeca quedando así en un segundo plano en el contexto de la competición desde el año 2009, cuando participó por última vez, ayer se conoció que la infanta Elena se apuntaba a la competición. Nadie se esperaba esta noticia, otra sorpresa, pues la hermana mayor de Felipe VI no participaba en las regatas desde el año 2007.

Elena se sumó ayer al equipo del Titia, embarcación que compite en la clase 6 Metros Internacional (6M), la misma en la que se esperaba que compitiera su padre. Las pruebas de esta categoría empezarán el mañana. La armadora del Titia es Alicia Freire y el patrón, Mauricio Sánchez-Bella, con los que la infanta Elena tiene amistad. La hermana del Rey salió ayer a entrenar en alta mar, durante unas tres horas, para familiarizarse con el barco y con la tripulación, puesto que en los últimos años apenas ha practicado el deporte de la vela.

Antes de saber que la infanta Elena se uniría la tripulación del Titia, se la pudo ver paseando junto a su hija, Victoria Federica, por el Club Nàutic. Ambas fueron juntas a saludar a la tripulación del Bribón, embarcación con la que se esperaba que compitiera el rey Juan Carlos, pues se había adaptado para que pudiera tripularlo sentado.

Quien también salió a entrenar ayer fue Felipe VI, que se instaló en Marivent el sábado con doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Su primer día de vacaciones en la isla lo dedicó a prepararse con la tripulación del Aifos 500 para la competición que empieza hoy. El Rey no ha salido del Club Náutico, sino de Portopí, acompañado por el almirante Jaime Rodríguez Toubes.