Los Sainz han cambiado los adelantamientos y el estrés propio de los circuitos por el relax de los chapuzones. Padre e hijo han recargado energías en Costa de los Pinos, en Son Servera, donde veranean desde hace años, de cara al Gran Premio de Hungría, donde Carlos Sainz Jr. y su Renault aspiran este domingo a hacer algo grande en la Fórmula 1.

Sainz padre, que estos días negocia la posibilidad de volver a ponerse los guantes el próximo año en el Dakar, rally que ganó hace unos meses, cuenta con un chalet en primera línea de la Costa de los Pinos. En familia y también entre amigos, se han embarcado en un yate con el único fin de disfrutar de unas minivacaciones, un descanso que Carlos Sainz Jr. ha aprovechado al máximo, entre la última carrera que corrió, la de Alemania (Hockenheimring), disputada el pasado 22 de julio, y la de este domingo, en Hungría (Hungaroring).

El piloto de Renault señaló ayer mismo en Hungría que su futuro seguirá siendo "incierto" mientras Red Bull no confirme la renovación de Daniel Ricciardo, una negociación que parece bien encaminada según las partes, y, dentro de sus posibles opciones para 2019, explicó que le "encantaría" compartir equipo con Fernando Alonso, aunque como compañero posiblemente sea "el hueso más duro de roer".

"Nada cambia hasta que mi futuro no esté decidido por parte de Red Bull. Hasta que Ricciardo no firme su contrato mi futuro es incierto. No estoy con ningún equipo (para 2019) por el momento y mi prioridad es un sitio donde esté cómodo. Lo primero es saber que van a hacer Ricciardo y Red Bull y a partir de ahí ver lo que puede pasar", valoró Sainz.