Era un lunes (y no estaba en mi despacho) cuando el calor de este mes de julio provocó un cambio de planes durante mi visita al pueblo de Pollença.

Así que opté por buscar una playa que estuviera cerca, con la lógica opción de pegar un chapuzón, y almorzar algo rápidamente. Unos minutos después, me encontraba con el chiringuito Embat, ubicado entre entre la Roca de Llenaire i la Llosa de l'Ullal.

Embat invita a disfrutar de la brisa, del mar azul de la bahía y del bello entorno del que presumen orgullosamente los pollencins.

Acceder a este chiringuito no tiene complicación, como tampoco la presenta su carta, una propuesta sencilla en la que priman las ensaladas, los sandwiches y las hamburguesas, que se unen a los smoothies y cócteles que ayudan a refrescar estos meses de verano.

Este local, en el que caben sentadas unas 40-50 personas, se podría considerar como un chiringuito familiar ya que el castillo infantil y las mesas y sillas que han puesto para diversión y disfrute de los más ´peques´ de la casa contribuyen a que este tipo de público apueste por su oferta, un plan al que se suman parejas y amantes de la bicicleta.

Para comer o cenar, encontrarán sugerencias como la ensalada con aceitunas negras, pepino, queso feta, pimiento, tomate y orégano; el sandwich de pollo, con queso, bacon y huevo duro; o la hamburguesa, de la que me explican que proviene de una carnicería de la localidad. A todo ello hay que sumar calamares rebozados, espaguetis, nuguets y nachos, unos platos cuyo precio oscila entre los 7 y los 11,5 euros. Como es habitual en un lugar como éste, todo, a excepción de las copas, se sirve en vajilla de cartón o de plástico duro. Ahora bien, también me pregunto ¿por qué no se puede apostar por una vajilla de plástico que se pueda lavar y reutilizar?

Pero pasemos a las bebidas: aquí como en casi todos los chiringuitos, preparan mojitos, pero van un poco más allá ya que ofrecen aperitivos italianos, una selección de ginebras e, incluso, un frappe de Xoriguer, o lo que vendría a ser un granizado de pomada, en este caso con un toque de jengibre; todo ello sin olvidar los clásicos como el Daikiri, las caipirinhas, el Blody Mary, e incluyendo los ricos smoothies de kiwi o de coco, por poner dos ejemplos.

Como pasa normalmente con los chiringuitos, tan solo está abierto del mes de abril hasta octubre, unas fechas que varían, como es lógico, según la climatología del momento.

Por cierto, de miércoles a domingo hay música en vivo, a partir de las seis de la tarde. Por ejemplo, hoy toca sesión de DK Iahox; mañana será el turno de la música brasileña con Vao com Tudo; y el domingo tocarán Els Anders Grauns.

Sin duda una propuesta para disfrutar de la playa.