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Con Ciencia

Presencia humana en China

Presencia humana en China

Entre las cuestiones que más interesan (y confunden) a los antropólogos acerca de la manera como el linaje humano fue evolucionando, se encuentra el momento en que nuestros antepasados abandonaron el continente africano para ocupar tierras asiáticas primero y europeas más tarde (América debería esperar la llegada de miembros de nuestra propia especie, en esta ocasión, hasta fechas muy próximas a las actuales). La manera mejor que hay de identificar la presencia humana fuera de África es contar con sus restos fósiles y los más antiguos de que se dispone son los de Homo georgicus, hallados en Dmanisi, Georgia, con una edad cercana a los 1,8 millones de años. Ese rango de fechas supone un mínimo porque, claro es, podría ser que se hubiesen producido salidas anteriores de las que no tenemos constancia. Apoya esa idea el que los fósiles humanos -de Homo erectus- hallados en la isla de Java, en el sudeste asiático, tienen una edad parecida a los de Dmanisi. Y hay un inmenso trecho a recorrer para una población que se desplace, incluso cambiando de especie, a lo largo de Asia.

Lo malo es que a los fósiles de Georgia y Java sólo se les unen los de China y pocos más. Con la dificultad añadida de estimar la edad de restos encontrados en yacimientos de muy difícil datación. Pero, a falta de huesos fosilizados, buenas son otras pruebas como son las herramientas líticas talladas con las técnicas del momento. Tanto H. georgicus como H. habilis, la especie más antigua de la que procede el primero, utilizaban la primera tradición de talla que se conoce, el Modo 1 o cultura olduvaiense (porque se identificó en Olduvai, Tanzania). Pero lo extraño es que las especies humanas posteriores como Homo erectus, existentes tanto en África como en el Extremo Oriente asiático, no comparten la misma tradición de talla. Los H. erectus africanos hicieron avanzar las técnicas líticas dando lugar a la tradición achelense o Modo 2. Los asiáticos, continuaron con el Modo 1.

Los porqués de esa separación cultural se podrían justificar si imaginamos que Asia se colonizó muy pronto, antes de que el Modo 2 se desarrollase. Pues bien, Zhaoyu Zhu, investigador del Laboratory of Ocean and Marginal Sea Geology del Instituto de Geoquímica de Guangzhou (China), y sus colaboradores han publicado en la revista Nature el hallazgo en el yacimiento chino de Shangchen, no lejos del muy conocido de Lantian (China), de numerosas herramientas que indican una presencia continuada de humanos a lo largo de casi un millón de años. No hay fósiles que indiquen cuáles eran. Pero la fecha más antigua que Zhaoyu Zhu et al. atribuyen a las herramientas de Shangchen es de ¡2,2 m.a!. Cuatrocientos mil años más que el H. georgicus de Dmanisi. Por supuesto que la cuestión de datar herramientas no es sencilla pero el método utilizado por los autores, el del paleomagnetismo, es fiable. Si esa edad se confirma, habrá que pensar en que nuestro linaje abandonó África mucho antes de lo que se pensaba.

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