Hay lugares que han sabido evolucionar sin perder la esencia. Ponderosa Beach es uno de ellos. Este negocio familiar, a día de hoy encabezado por la tercera generación, combina paellas, cócteles, DJ y buen ambiente en la Platja de Muro, concretamente en la zona conocida como Casetes dels Capellans.

Fueron Carlos, Marga y Balta Ramis quienes decidieron, hace unos cinco años, dar un giro de 360 grados al concepto de chiringuito de toda la vida que habían heredado primero de sus abuelos y después de sus padres.

Ponderosa Beach es sinónimo de comer y de disfrutar de un cóctel con los pies en la arena, en primera línea del mar. Ahora bien, el nombre de este chiringuito no se entiende si no se contextualiza con la época en que se abrieron sus puertas: corría el año 1967 y los turistas se tomaban refrescos en el bar que la familia Ramis había abierto. En esa época, en la que tan solo había una cadena de televisión -y controlada por el régimen-, la dictadura ofrecía series inofensivas para entretener al pueblo. Una de ellas era Bonanza, en cuyos episodios se relataban las aventuras y desventuras de un vaquero viudo y sus tres hijos en el rancho de la Ponderosa. Justo en esa época, la Platja de Muro lucía una estampa bien diferente a la emitida por televisión a excepción de los caballos que campaban a sus anchas por la arena, por lo que, de manera graciosa, los propietarios apostaron por bautizar el chiringuito con este nombre.

A día de hoy, y desde hace un lustro, Ponderosa Beach se ha convertido en todo un referente de la zona norte de Mallorca. Abren de lunes a domingo de las 12 del mediodía a cierre -que suele ser sobre las 20 horas- con la cocina abierta en todo momento. Los fogones están comandados por Abraham Artigas, que siendo maño de nacimiento su destino ya está vinculado a esta isla, que lo ha acogido. Cocina platos en los que el pescado es el protagonista y en los que no faltan guiños a los productos y elaboraciones autóctonas como el rape, preparado a la plancha y salteado con espinacas, tomate de ramellet, pasas y piñones, o el gallo, aderezado con almendra tostada. Otra de las sugerencias preferidas de los comensales de Ponderosa Beach son las paellas, elaboradas por el simpático valenciano Kike Martí. Las prepara muy suculentas, sabrosas y con un toque personal. Probé la de verduras, muy rica y original. Me comentó que se basaba en las tradicionales sopes, por ello, las adornaba con la típica rebanada fina de pan y las elabora con col y tomate de ramellet. Cocina otras como la de bacalao y presa, que sirve con garbanzos y sobrassada, la de conejo y calabaza... Ahora bien, que estén tranquilas aquellas personas que no quieran experimentar porque también se pueden comer las clásicas como la de senyoret (marinera con todo pelado) o el arroz negro.

Pero con tanto calor lo que apetece también es un buen cóctel, como los que prepara Álex Martínez Lebrero. Si no se lo creen, hagan la prueba y pídanle una combinación a partir de sus gustos. Podrá disfrutar de un cóctel de autor, bien combinado, elegante a la par que refrescante. Y si no son dados a probar nuevas combinaciones, quédense con los clásicos, con y sin alcohol. Todo ello acompañado por buena música pinchada por Fernando Gullón, una persona simpática que lo da todo para que el cliente se sienta bien, algo que transmite el equipo de Ponderosa Beach.