“Todos y todas con una buena senalla. Pastisseries Pomar de Palma reivindica en las redes sociales el uso de esta típica cesta de Mallorca contra las bolsas de plástico y son muchos los que ya se suman a esta iniciativa.

“Este verano más que nunca hemos de querer ‘sa roqueta’. No cojan bolsas de plástico para la compra o para ir a la playa”, recomiendan volver a utilizar este capazo tan tradicional característico de los payeses fabricado con esparto o palma.

Además de ser un elemento sostenible y perfecto para luchar contra la contaminación ambiental, las senallas reflejan la historia de un arte que siguen practicando muchos abuelos y abuelas de la isla. Un ritual que viaja de generación en generación para tejer las cestas mallorquinas que se han hecho famosas en todo el mundo como uno de los complementos indispensables de cada verano.

La senalla es una buena opción para cuidar el planeta justo cuando entra en vigor la obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico de un solo uso, cuyo precio oscila entre los 5 y los 15 céntimos de euro. Esta medida es un paso intermedio para desincentivar su consumo, ya que la prohibición total de las mismas entrará en vigor en 2021, salvo que estén fabricadas con material compostable.

El Ayuntamiento de Palma, por su parte, mantiene su petición para que la Ley Balear de Residuos, que se está tramitando en estos momentos en el Parlament, prohíba el uso de las bolsas de plástico de un solo uso a empresas y comercios a partir del próximo día uno de enero en lugar de esperar al mismo día de 2021, tal como se contempla en el real decreto estatal.

‘Qui estima Mallorca la cuida’, no ensucia y vuelve a imponer la moda de la senalla.