Me gusta: Los mundiales, una excusa para disfrutar y sufrir juntos
Los mundiales dan vidilla al verano, incluso que La Roja ya no esté en el Mundial de Rusia hace que tengamos ese gusanillo que permanecerá en letargo durante cuatro años hasta que la ilusión vuelva a aparecer: Venga, ¡que este año seguro que ganamos! Cual colchonero, el seguidor de la selección española es un sufridor nato, pasa edición tras edición sabiendo, e incluso criticando, a su propio equipo, pero siempre con la esperanza de poder triunfar. Todo son ventajas durante esta celebración deportiva, amigos y familiares hacen un hueco en sus apretadas agendas, nada fácil hoy en día, para unirse y celebrar, o no, lo que unos jóvenes adinerados hacen.
No me gusta: Es la pesadilla del verano: partidos hasta en la sopa
¡Qué poco dura la felicidad! Ni quince días hemos disfrutado sin tener que sufrir la dictadura del balompié. No habían pasado ni unas semanas desde que los no futboleros tocábamos trompetas porque se acababan la pesadilla de la Liga o el suplicio de la Champions, cuando las pantallas volvían a bombardear de partidos, esta vez a cuenta del Mundial, en otro mesazo de agonía. De nada sirve que España no se haya comido un rosco. Mediaset retransmite sin piedad un soporífero encuentro tras otro. La buena noticia es que solo quedan unos días. La mala es que la tregua no durará mucho: en agosto habemus Liga. El tormento vuelve a empezar.
