La manifestación del Día del Orgullo LGTBI inundó de colores, a su paso, las calles de Palma. Y las más de mil personas que se manifestaron ayer, entre las que dominaba la juventud, lo dejaron claro: "No celebramos, nos manifestamos". El camino hacia Cort, destino final de la caminata, empezó en Es Baluard con la lectura del primer manifiesto de la tarde a cargo de la voluntaria de la Associació LGTBI Ben Amics, Laura Duran. Entre otras, entonó palabras como "las decisiones sobre el cuerpo y la identidad son individuales" y "tenemos el derecho a ser como queramos ser". Además, apuntó en su discurso que "la transfobia no es cosa del pasado".

Los ritmos de las batucadas acompañaron y animaron hasta la entrada del Palau Reial a una manifestación que tuvo sus más y sus menos, pero en la que no faltaron color, banderas (una gigantesca bandera LGTBI se plegaba y se desplegaba a lo largo del recorrido), pancartas y cánticos: "Menos armarios, más bolleras", "aquí está la resistencia trans", "mi familia mola más porque tiene dos papás" o "Iglesia, escucha, esta es nuestra lucha", fueron algunos de los que se pudieron escuchar, sobre todo en las primeras filas.

La llegada de la cabecera de la manifestación al Consell, donde el Mallorca Gay Men's Chorus (MGMC) ya estaba listo para brindar algunas actuaciones, fue uno de los momentos más eufóricos de la jornada. Y también uno de los más emotivos, pues el encargado de leer el segundo manifiesto, el director del MGMC, Joan Laínez, habló sobre la vinculación del "amor" y del "respeto", y de la necesidad de enseñar que en el mundo hay "infinitas realidades" que son "válidas".

Además, pidió ir "con cuidado" para que este Día del Orgullo no se convierta en un día "exclusivamente consumista".

Vivian Caoba subió al escenario para animar la fiesta, que acabó con la 'revetlla' del Orgullo.