"Pronto uno no podrá ir tranquilamente a un bar sin temor a que le claven un hachazo por la espalda... Menudo robo". Un zumo de naranja exprimido a 15 euros o un refresco 6,50 euros. "Lugares a los que no hay que ir bajo ninguna circunstancia", denunciaron en Twitter los precios exorbitados de un bar de Palma en la Porta Pintada y la indignación dio la vuelta a todo el país.

"Luego nos extraña que no tengamos buen turismo. Habrá que pedir siempre la carta y ver los precios, a mí también me dieron el palo en el Portixol", comentaba un lector, mientras otro fue a comprobarlo con sus propios ojos: "Esta tarde me pasé por este bar y todo lo que se dice es cierto, tienen una lista de precios que alucinas".

De indignación y también de angustia estuvo teñida la segunda noticia más seguida esta semana. La familia Santiago Cortés, con tres niños y un bebé, cuenta desesperada los días que faltan para que se ejecute su desahucio, previsto para el próximo 29. Es la fecha fijada por el juzgado para dar cumplimiento a la demanda presentada por un banco, propietario del inmueble, después de que los inquilinos acumularan impagos del alquiler por valor de más de cinco mil euros.

"¡Qué el Gobierno pare ya este y muchísimos otros desahucios que se avecinan! Basta ya de hacer sufrir a las personas. Hace falta una nueva ley para protegernos y asegurarnos una vivienda digna", reclamaba un lector.

"Veo cantidad de comentarios atacando por esta situación a los inmigrantes y casi nadie culpando a la mala gestión y a la ausencia de honradez de la clase política. Ni una crítica contra los bancos, que han sido rescatados con dinero de todos los españoles, por su despilfarro y falta de rigor. Muy curioso. Y muy lamentable", reflexionaba otro internauta.

La nota más triste la puso el hallazgo de la avioneta del Ibanat y el cuerpo del piloto hundidos en el mar. "Ánimos a su familia", consolaban a sus allegados.