La mítica cerveza mallorquina Rosa Blanca vuelve a renacer. Así lo hizo el jueves en la presentación celebrada en Binissalem. Guillem Casas, responsable de comunicación, explicó que lo hace después de un paréntesis de 20 años: "hemos querido imaginar cómo habría evolucionado la cerveza en estos años; por ello, hemos decidido presentarla como una 'hoppy lager', es decir, una cerveza de baja fermentación de malta de cebada, maíz, arroz y lúpulo, pero que al final del proceso le añadimos, en frío, un segundo lúpulo aromático, en este caso de la variedad Citra. El resultado es una cerveza muy aromática, con notas cítricas que, a la vez, mantiene su amargor", explica Casas.

Pese a que la cerveza La Rosa Blanca empieza a comercializarse en 1927, su historia se remonta en 1851, cuando se funda la destilería llamada La Rosa Blanca. Posteriormente, en 1890 se inició la fabricación de cerveza en el Arrabal de Santa Catalina siendo la primera industria cervecera mallorquina ubicada dentro del casco urbano de la ciudad. En la década de los 50 pasó a denominarse únicamente 'Rosa Blanca', momento en que gozó de su máxima presencia y reconocimiento en la isla. A partir de los años 60, con el boom turístico y la entrada de marcas internacionales al mercado balear, la marca empieza a perder poco a poco su presencia. Pasa por varios propietarios como PRIPP Española y, finalmente, Damm hasta que desaparece del mercado en 1998.

Casas explica que han querido recuperar esta firma, presente aún en la memoria colectiva de los mallorquines, que en estos momentos vuelven a estar vigentes. La cita tuvo como telón de fondo las bellas vistas que ofrece la finca Bellveure de Binissalem y se maridó con una selección de propuestas de Tomeu Arbona.

Actualmente, Rosa Blanca se elabora en la península, pero no se descarta que se produzca en la isla más adelante si la demanda lo exige. Estará disponible en bares y restaurantes de Mallorca en formato de botella de 33 cl y barril.