Cuando le enseñé el diseño al artesano que fabrica los zapatos y le pregunté si tendrían éxito se rió de mí y me dijo que parecían zapatos de payaso. Sin embargo, cinco años después, Antònia Marquès enseña orgullosa su jovial versión de las tradicionales porqueresDiseñadora de vestuario, figurinista de formación, Antònia trabajó durante mucho tiempo en espectáculos de teatro y danza, así como en televisión y cine. Pero, como tantas otras personas, con la llegada de la crisis decidió continuar adelante por sí misma. "Pensé qué me faltaba por desarrollar y llegué al diseño de zapatos como complemento de moda". Y se lanzó. Eligió las porqueres por el hecho de ser un zapato "universal y que ha ido evolucionando según las necesidades de quienes lo calzaban". Además, "tampoco quería hacer algo nuevo, más bien reinventar o actualizar un modelo ya existente". Por esta razón, y después de conseguir las hormas (moldes) de las porqueres, Antònia optó por renovar el calzado modernizando el diseño a partir del cambio y la combinación de diferentes materiales. El resultado son unos zapatos desenfadados, alegres y osados a la vez. Como bien definió el artesano que los fabrica la primera vez que vio el diseño, los de Antònia son unos zapatos 'apayasados', en los que se refleja e intuye el background del mundo del espectáculo del que la diseñadora se ha alimentado durante muchos años de su vida. Aun así, Antònia explica que intenta que sus colecciones sean compatibles con lo que está de moda, para que la gente pueda combinarlas.

La tienda-taller, situada en el centro de Alcúdia, la abrió en el año 2012 con su primera colección de Antònia Marquès Shoes, cuando comenzó toda esta "enriquecedora aventura" de emprender. "Con el tiempo ha ido cambiando y es un espacio que sigue evolucionando continuamente", explica. Su taller se ha ido llenando de telas, hilos, agujas y creaciones diversas porque, a parte de zapatos, Antònia también produce ediciones limitadas de, por ejemplo, monederos, aprovechando así sus habilidades manuales. En este espacio creativo también se las arregla para ofrecer cursos o talleres de costura, que asegura que tienen una estupenda acogida: "La moda se ha convertido en algo muy estandarizado y hay gente que no encuentra ropa de su gusto. Por eso mucha gente se interesa por aprender a hacer sus propias piezas, y poder trabajar así su originalidad". En la tienda también tiene espacio para creaciones de otras personas que trabajan la artesanía: "Voy incorporando cosas que me gustan, siempre que quepan dentro del concepto de 'diseño local'".

Su asignatura pendiente, asume Antònia, son las redes sociales. Sin embargo, y como demuestra con su historia, cada cambio es una oportunidad y nunca es tarde para dar rienda suelta a la creatividad.