El restaurante El Náutico de Palma acogió, ayer, una nueva edición de la Fiesta del Albariño. Su anfitrión, Antonio Seijas, explicó que la novedad de esta vigésimo segunda edición es la participación de los vinos espumosos y tintos de la denominación de origen Rías Baixas. Aunque son los más desconocidos por el público en general, Seijas destacó que los espumosos "han sido premiados en diferentes ferias internacionales, mientras que los tintos están volviendo a sus tradiciones y adquiriendo un buen nivel de calidad".
Pese a esta novedad, los vinos blancos destacaron durante la cita, que contó con la participación de 38 bodegas gallegas que elaboran vinos con la variedad de uva blanca Albariño, lo que permitió degustar a los asistentes un amplio abanico de vinos agrupados en la DO Rías Baixas.
El evento empezó por la mañana con una cata a ciegas organizada por la Associació Balear de Sommeliers (ABA) en la que probaron más de 40 vinos. Los premios se dieron a conocer durante la comida de gala, en la que se degustaron platos típicos de Galicia como la empanada, el lacón, las alubias con almejas, y en la que no faltó el típico pulpo a feira, el queso de tetilla y la tarta de Santiago.
El primer premio recayó en el vino Manuel d'Amaro (bodega Señorío de Rubiós), mientras que el segundo y el tercero fueron para los vinos Pedralonga (Adega Pedralonga) y Martín Códax (bodega Marín Códax).
No fue hasta las cinco de la tarde que la fiesta abrió las puertas al público, y durante más de 4 horas ofreció degustaciones a restauradores, sumilleres y amantes del vino.
Los inicios del evento
La Fiesta del Albariño nació hace 24 años en una reunión que tuvo Antonio Seijas con Santiago Tirado, entonces alcalde de Cambados y Rocío Acha, directora del Museo del Vino de Cambados, considerada como la capital del Albariño, para promocionar el vino gallego en Mallorca. Un año después se celebró la primera edición en el Hotel Cristóbal Colón, y a día de hoy es un evento totalmente consolidado que acerca a los mallorquines una amplia selección de bodegas y vinos gallegos. Como anécdota, Seijas recordó que un año no pudo celebrarse el evento porque hubo muy poca cosecha de uva.
